Gabriel Boric se convirtió este viernes en el presidente más joven de Chile, con solo 36 años, al prometer el cargo ante el presidente del Senado, el socialista Álvaro Elizalde, en una ceremonia de cambio de mando celebrada en el Congreso Nacional en la ciudad portuaria de Valparaíso. «Ante el pueblo y los pueblos de Chile, sí prometo», señaló Boric en la ceremonia, celebrada al mediodía en el Salón de Honor, en la que estuvieron presentes el mandatario saliente, Sebastián Piñera, los integrantes del futuro gabinete, el parlamento en pleno, mandatarios y autoridades de otros países, entre ellos Alberto Fernández, así como representantes de pueblos originarios y autoridades militares y eclesiásticas.

Fiel a su estilo, sin corbata y visiblemente emocionado, Boric recibió la banda presidencial de manos de Elizalde y, tras un abrazo con Piñera, entonó el himno nacional en medio de una ovación de los presentes en el recinto. Posteriormente, Piñera se despidió y se retiró del recinto junto a todo su equipo ministerial. Al llegar a la calle, y con fuerte contraste de lo ocurrido en el hemiciclo, el ahora ex mandatario fue despedido con insultos de manifestantes en las calles.

Luego Boric tomó el juramento a su gabinete de 24 miembros, compuesto por 14 mujeres, empezando por Izkia Siches, la primera ministra del Interior en la historia del país. El nuevo presidente, que surgió de los movimientos estudiantiles que sacudieron Chile y fue uno de los líderes de la histórica rebelión de 2006, llega al poder con el desafío de emprender una serie de cambios que prometió en campaña.

Una de las primeras medidas que tomará el nuevo gobierno chileno será retirar las 139 querellas por Ley de Seguridad del Estado (LSE), presentadas en el marco del estallido social de fines de 2019. Así lo confirmaron las ministras entrantes Izkia Siches (Interior) y Marcela Ríos (Justicia), quienes realizaron el anuncio en las últimas horas de este jueves. En un comunicado, la próxima administración señaló que «esta medida fue una promesa plasmada en el programa de gobierno del Presidente Gabriel Boric, y busca que la LSE no sea utilizada para la persecución injusta y desproporcionada».