Sucedió en la víspera de las elecciones generales de Holanda que se registraron hace pocas horas. El candidato del partido democristiano, tercero en las encuestas y posible aliado del oficialismo en el próximo gobierno, cerró su campaña con un polémico pedido: que la reina Máxima renuncie a su pasaporte argentino.

“Si por mí fuera, todo el mundo debería tener un único pasaporte. Y eso significa que la reina también”, lanzó Sybrand Buma, líder de la fuerza Llamada Democristiana, durante una entrevista con una radio local, citada por el portal de noticias holandés Dutch News.

“Si querés la nacionalidad holandesa, estás haciendo una elección considerable… es más que un simple papel, es una elección que te une a tu país”, sentenció Buma.

Para el candidato democristiano la doble nacionalidad dificulta la integración de la gente en la sociedad holandesa. Por eso, señaló que «un holandés de origen marroquí no debería poder usar su nacionalidad marroquí» y abogó también por romper el acuerdo de doble nacionalidad con Turquía. Pese a que Buma y su partido podrían convertirse en socios de una futura coalición gubernamental, si los pronósticos de los sondeos se cumplen, el actual primer ministro y favorito para las elecciones de mañana miércoles, Mark Rutte, se distanció de sus críticas a la reina Máxima y pidió «mantener a la familia real fuera de la campaña», informó la agencia de noticias EFE.

Al igual que la mayoría de los candidatos a encabezar el próximo gobierno, el democristiano Buma radicalizó su discurso durante la campaña, en un intento por conquistar el crecimiento del sentimiento nacionalista y antimigratorio que domina gran parte del continente desde el inicio de la llamada crisis de refugiados en 2015.

Según los sondeos, gran parte de este clima de opinión xenófobo fue capitalizado por el antieuropeísta Geert Wilders, hoy segundo en intención de voto; sin embargo, Burma también logró mejorar su popularidad al abandonar su histórico lugar en la centro derecha.

Estas últimas semanas, Buma propuso diferentes políticas de tinte populista y ultranacionalista, como obligar a los niños a cantar el himno holandés en clase, o despojar a los ciudadanos holandeses con doble nacionalidad de sus segundos pasaportes, incluyendo a la reina Máxima.

La familia real suele mantenerse al margen de la campaña, ya que no tiene derecho a voto ni a hablar de política, y que la gran mayoría de la sociedad no cuestiona su legitimidad, como si sucede en otras monarquías.

Pero la creciente tensión social en Holanda parece estar alimentado un fervor ultranacionalista que empujó a varios dirigentes a buscar un rédito político en las críticas a la doble nacionalidad de la monarca.

En febrero pasado, la ex ministra de Inmigración e Integración, Rita Verdonk, exigió durante una entrevista televisiva que Máxima renuncie a su nacionalidad argentina y entregue su pasaporte.

Máxima Zorreguieta se convirtió en ciudadana holandesa con un trámite exprés en 2001 para poder casarse con el príncipe heredero Guillermo Alejandro.

La actual reina decidió conservar su nacionalidad argentina ya que legalmente no está obligada a renunciar a ella, aunque en varias ocasiones dirigentes nacionalistas y de derecha la han criticado.

Una de estas ocasiones fue cuando la monarca anunció que iba a educar a sus hijos, tanto en el idioma neerlandés como en español.