El presidente de Francia, Francois Hollande, anunció hoy que no buscará la reelección en 2017 «por el interés superior de la nación» y alertó que las propuestas de la derecha «desafían el modelo social» del país, durante un discurso al país en el Palacio del Elíseo, realizado en uno de sus peores momentos de popularidad.

A los 62 años, el mandatario hizo historia en París y se convirtió en el primer jefe del Ejecutivo de la Quinta República que no intenta buscar su reelección. «En los meses que vienen, mi único deber será continuar dirigiendo al país», explicó un Hollande serio.

Horas antes del anuncio presidencial, el ex ministro de Economía de Hollande, el socialista Arnaud Montebourg, el mismo que renunció hace dos años y medio por su rechazo a la línea neoliberal asumida por el gobierno, informó a la prensa que fue el primer dirigente en inscribirse formalmente a las primarias presidenciales del oficialismo.

La tensión domina el Partido Socialista francés por varias razones: el recientemente electo candidato presidencial de la derecha, Francois Fillon, es el favorito de las encuestas, la popularidad de su rival de extrema derecha, Marine Le Pen, sigue creciendo y, tras cinco años en el poder, el oficialismo está dividido y sin un líder claro.

La crisis dentro del socialismo recrudeció este fin de semana cuando el primer ministro, Manuel Valls, anunció a la prensa que está listo para sumarse a la primaria presidencial, aún si Hollande también decidía presentarse a la reelección.

Hasta el próximo 15 de diciembre, Valls y otros líderes socialistas que ya hicieron públicas sus aspiraciones presidenciales tienen tiempo para registrarse formalmente en las primarias que se dirimirán en las urnas en enero del año que viene.