Un acuerdo inédito de 136 países -entre los que está Argentina- estableció un impuesto a las sociedades del 15% a nivel global a partir de 2023. El pacto implicaría la redistribución a países de todo el mundo de más de 125.000 millones de dólares provenientes de los ingresos de un centenar “de las multinacionales más grandes y rentables del mundo», dijo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que estuvo en la cocina de este convenio histórico.

La medida busca optimizar la recaudación fiscal a las mayores corporaciones del planeta, revisando la rivalidad impositiva entre los países. Y tiende a que las empresas paguen las tasas correspondientes a los países donde obtienen los beneficios y no que los deriven hacia lugares en los que la contribución es menor o directamente nula.

«El acuerdo representa un logro único en una generación para la diplomacia económica. Hemos convertido las incansables negociaciones en décadas de mayor prosperidad», celebró la secretaria del Tesoro (ministra de Economía) estadounidense, Janet Yellen.

Kenia, Nigeria, Pakistán y Sri Lanka, que habían participado de los debates, rechazaron sumarse a la iniciativa, mientras que sí apoyaron los controles Irlanda, Estonia y Hungría. Esta es otra mala noticia para los gigantes de Internet, ya que en Dublin se asientan las sedes europeas de Facebook, Google y Apple, seducidas por los impuestos a las sociedades más bajos del mundo, en el 12,5 por ciento.

«Todos los países del G20», «todos los de la Unión Europea» y «todos los de la OCDE» han dado su visto bueno a la propuesta, que se presentará a fines de mes a los mandatarios del G20 en Roma, celebró el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann.