Una nueva causa contra el expresidente Rafael Correa se acaba de gestar en Ecuador tras el fallo del tribunal de arbitraje de La Haya, que anuló una condena de la justicia ecuatoriana contra la petrolera estadounidense Chevron por daños ambientales en la Amazonía. El gobierno de Lenín Moreno ya había anunciado que de ser desfavorable este fallo, iniciará acciones legales contra Correa y sus funcionarios. «El régimen de Correa utilizó el caso Chevron para ganar protagonismo mediático y político, además empleó fondos públicos para propaganda, como el contrato por $ 6,4 millones para pagar a celebridades internacionales como Mia Farrow y Danny Glover, dentro de la campaña ‘La Mano sucia de Chevron'», que «manipuló a la opinión pública nacional e internacional», afirmó en un comunicado la Secretaría Nacional de Comunicación.

«Pretendieron hacer creer al país que celebridades internacionales apoyaban la causa, cuando en realidad estas recibían un alto pago por su visita», dice el parte. «A esto se suma que la Cancillería, liderada en aquel entonces por Ricardo Patiño, suscribió un contrato por $ 2,5 millones con una empresa de comunicación para pagar viáticos y viajes de figuras públicas e internacionales», criticó el gobierno en su declaración en la que asegura que el fallo traerá «gravísimos daños al Estado ecuatoriano».

La mencionada campaña se realizó en 2013 encabezada por el propio presidente Correa, quien en los inicios de su mandato se había involucrado con los daños ambientales causados por la petrolera Texaco (adquirida por Chevron) en esa zona rural donde operó entre 1964 y 1990, y que eran motivo de reclamo de los pobladores desde 1993. En esa campaña se convocó a personalidades a demostrar que los estanques usados seguían contaminados con residuos de petróleo.

Tras un juicio de 25 años, la compañía estadounidense apeló un fallo por 9500 millones de dólares, el que luego de varias instancias llegó a la Corte Internacional. El Tribunal determinó que Ecuador es responsable por «denegación de justicia» y le ordenó dejar sin efecto la sentencia. En un fallo de primera instancia, la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya aceptó el reclamo de la petrolera, según el cual los abogados de los demandantes «prometieron pagos» a un juez ecuatoriano «a cambio de que les permitiera redactar porciones sustanciales» de la sentencia.

Al mismo tiempo «declara la responsabilidad del Estado ecuatoriano hacia Chevron por haber violado» un Tratado de Protección de Inversiones entre Washington y Quito y por «haber denegado justicia», indicó la procuraduría ecuatoriana.

En el entorno del expresidente consideran que el fallo tiene que ver con una imposición de los Estados Unidos, al que el gobierno morenista busca alinearse económicamente. «Moreno traicionó a la patria para perdonar a Chevron por orden del gobierno estadounidense», publicó Correa.

Quien fuera su ministra de Ambiente, Marcela Aguiñaga, afirmó que el gobierno de Moreno «actuando en complicidad con Chevron, pretende arrebatar una lucha histórica que logró la indemnización a los pobladores amazónicos por parte de la empresa contaminante. Hoy se pretende que los ecuatorianos paguemos 9000 millones de dólares, asumiendo la responsabilidad de la remediación ambiental y lo que es peor, persiguiendo a quienes lucharon en defensa del país frente a Chevron. ¡Esto es inaceptable!», aseguró quien hoy ocupa una banca en la Asamblea Nacional. «Como exministra de Ambiente y sobre todo como ecuatoriana defensora de los derechos de la naturaleza, he sido testigo de los graves e irreversibles daños ambientales producto de la mala operación de la empresa Chevron (Texaco) en nuestra amazonía ecuatoriana. Nadie puede negar que la irresponsabilidad de Chevron ha costado vidas y ha causado enfermedades catastróficas a nuestros hermanos amazónicos», afirmó. «Esto sólo evidencia la persecución y pactos de este gobierno para beneficiar a una empresa que está manchada con la sangre de los pobladores amazónicos y negando justicia a quienes padecen de enfermedades cancerígenas producto de la irresponsabilidad de Chevron. Hoy somos testigos de cómo venden la patria», dijo.