Durante la última cumbre del G20 realizada en la ciudad alemana de Hamburgo, de la que participó el presidente argentino Mauricio Macri, el presidente de Francia, Emmanuel Macron pronunció un discurso que terminó envuelto en escándalo. Refiriéndose a la siempre delicada condición política, social y económica de África, el mandatario francés había afirmado que la inestabilidad de dicho continente era el resultado de su alta tasa de natalidad. “El desafío de África es civilizacional” y «cuando unos países tienen todavía hoy siete u ocho hijos por mujer, se puede decidir gastar miles de millones de euros, pero no se logrará estabilizar nada», fueron las textuales palabras incluidas en su alocución que no tardaron en generar contundentes reacciones contrarias.

La negación del estatus de civilización al continente africano y la atribución del origen de “todos sus males” a la maternidad colocaron a Macrón en el centro de un huracán de críticas que lo califican de racista y de misógino, y caracterizan las ideas expresadas por él como generalizadoras, simplificadoras, paternalistas y despectivas. Las respuestas no se hicieron esperar. Las redes sociales fueron el escenario en el que se extendió un amplio abanico de críticas provenientes de todos los sectores sociales, desde los intelectuales a ciudadanos anónimos.

Desde las páginas del diario parisino Le Monde, el novelista yibutiano Abdourahman A. Waberi remarcó la ausencia de toda referencia a la «predación colonial» y la sangría de población provocada por la trata de esclavos y el colonialismo propiciado por los grandes imperios europeos. Por su parte, el filósofo camerunés Achille Mbembe criticó desde el semanario L’Express el maniqueísmo y el simplismo del discurso de Macron y ha recordado la necesidad de colaborar en un mundo global.

Macrón ya había recibido duras críticas hace poco más de un mes cuando, intentando ser gracioso durante una charla informal realizada en un centro regional de vigilancia y salvamento en el Atlántico, realizó un cometario que fue calificado de racista. En ese momento se había referido de forma despectiva a los habitantes de la isla de Comores, obligando al mandatario a pedir disculpas apenas algunos días después.