Tras el asesinato del físico nuclear iraní Mohsen Fajrizade, la República Islámica espera el cambio de gobierno en EE UU para evaluar una respuesta al ataque. El crimen de Fajrizade “representa un ataque muy duro al programa nuclear” de Irán, aseguró el politólogo Luciano Zaccara, investigador del Centro de Estudios del Golfo de Qatar University.

Zaccara resumió lo que significó para Irán el año que termina. “Empezó con un asesinato y termina con otro asesinato, con dos personajes que representan dos cuestiones muy importantes en el dominio regional de Irán y en su disputa con EE UU”.

Y completó: «El asesinato de Soleimani dejó golpeada a la Guardia Revolucionaria, aunque no mermó su capacidad militar. El asesinato de Fajrizade representa un ataque muy duro contra el programa nuclear».

El especialista, en tal sentido, explicó que “al acusar a Israel del asesinato, Irán está evitando echarle la responsabilidad a Joe Biden”. Así, los iraníes “están dejando la puerta abierta para cuando se sienten a negociar sobre el acuerdo nuclear (firmado durante el gobierno de Barack Obama) o una ampliación del mismo”.

Sin embargo, Zaccara señaló que el mandatario iraní Hasán Rohaní “termina su mandato en agosto próximo, por lo que no creo –dijo– que haya una vuelta al acuerdo nuclear en estos meses, aunque sí puede concretarse un acercamiento interesante”.

Zaccara –politólogo por la Universidad Nacional de Rosario, máster en Estudios Internacionales Mediterráneos y doctor en Estudios Árabes e Islámicos por la Universidad Autónoma de Madrid– sostuvo que Teherán buscará contrarrestar el efecto de las sanciones impuestas por la administración Trump.

“Irán trata de llevar adelante una política de subsistencia por las sanciones y el Covid-19. Esa conjunción ha sido tremenda”, apuntó. Si bien aclaró que “la Unión Europea ha sido muy crítica” con las medidas coercitivas de la Casa Blanca, para la República Islámica, “Europa no ha hecho nada para evitar que EE UU imponga sanciones extraterritoriales a compañías europeas” que negocian con el país persa.

“Irán ha pasado a segundo plano para la UE, no es prioridad desde el punto de vista económico. No ha habido inversiones, ni nuevos acuerdos, ni compra de petróleo”, afirmó.

Con respecto a la relación entre Biden e Israel, dijo que el futuro presidente de EE UU “no tendrá una postura tan crítica como Obama”. Biden «quiere volver al acuerdo nuclear, pero sin enemistarse con Arabia Saudita e Israel. Es un equilibrio complicado”, adujo