Israel reveló este jueves que lanzó anoche sus mayores ataques contra posiciones de Irán en Siria tras el disparo de cohetes iraníes contra sus fuerzas en los ocupados Altos del Golán, en la confrontación militar más seria hasta la fecha entre ambos enemigos y en medio de una escalada de violencia que provocó alarma en las principales potencias.

Israel dijo que los bombardeos de sus aviones, los más intensos en Siria desde la guerra árabe-israelí de 1973, tuvieron como blanco unos 70 objetivos, incluyendo depósitos de armas y centros de logística e inteligencia usados por fuerzas especiales iraníes en Siria.

Medios iraníes señalaron que se trató de ataques «sin precedentes», aunque no hubo reacciones de ninguna autoridad del país.

Los bombardeos llegaron un día después de que Estados Unidos anunció su salida del pacto nuclear firmado entre las potencias e Irán en 2015, una medida largamente reclamada por el gobierno israelí.

La Casa Blanca condenó los «provocadores ataques con cohetes de Irán desde Siria contra ciudadanos israelíes» y apoyó el «derecho de Israel a defenderse».

«El despliegue en Siria de sistemas ofensivos de misiles y cohetes por parte del régimen iraní es un hecho inaceptable y altamente peligroso para todo Medio Oriente», agregó la Casa Blanca en un comunicado.

La Cancillería siria afirmó en un comunicado que los bombardeos abren una «nueva etapa» de «enfrentamiento directo» con Israel, al cual Siria acusa de haber apoyado la rebelión armada contra su gobierno iniciada en 2011.

Luego de semanas de crecientes tensiones, los ataques desataron preocupación y llamados a la calma de la ONU, Rusia, Francia y Alemania.

El secretario general de las Naciones Unidas, el portugués António Guterres, demandó el «cese inmediato de todos los actos hostiles y de cualquier acción provocadora para evitar un nuevo incendio en una región ya envuelta en terribles conflictos y un inmenso sufrimiento para los civiles».

«La escalada de las últimas horas nos muestra que esto es realmente una cuestión de guerra o de paz», advirtió la canciller alemana, Angela Merkel.

El presidente francés Emmanuel Macron llamó «a frenar la escalada».

La Cancillería de Rusia, el principal aliado militar de Siria, dijo que los ataques israelíes marcaban una «peligrosa escalada» y llamó tanto a Irán como a Israel a contenerse.

Legisladores rusos cercanos al presidente Vladimir Putin dijeron que el ataque fue otra provocación de Estados Unidos e Israel a Irán y una acción planeada de antemano en vinculación con el abandono por Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán.

El presidente sirio, Bashar al Assad, aseguró en un reportaje publicado hoy por el diario griego Ekathimerini que no hay peligro de grave escalada por los ataques israelíes, porque la «sabia dirigencia» rusa impedirá el conflicto.

El Reino Unido, en línea con Estados Unidos, condenó el ataque contra fuerzas israelíes de Irán desde Siria, subrayó que Israel tiene derecho a defenderse y llamó a Irán a «evitar más acciones desestabilizadoras».

Al justificar su decisión de retirarse del pacto con Irán, el presidente estadounidense, Donald Trump, dijo que debería negociarse un nuevo acuerdo que limite aún más no sólo las actividades nucleares de Irán sino también su programa de misiles y su papel en las crisis de Medio Oriente, como la de Siria y la de Yemen.

El portavoz de la Comandancia General de las Fuerzas Armadas Sirias, Ali Maihub, afirmó en un discurso televisado que tres personas murieron en los ataques y que las defensas antiaéreas interceptaron la mayor parte de los misiles israelíes, que sin embargo lograron destruir una estación de radar y un depósito de municiones. Otras dos personas resultaron heridas, agregó.

La agencia de noticias estatal siria SANA dijo que los bombardeos ocurrieron en los alrededores de Damasco, en la provincia central de Homs y también en el sur del país, en las provincias de Dera’a y Al Quneitra, limítrofes al Golán ocupado por Israel.

«Hemos atacado casi todas las infraestructuras iraníes en Siria, y no deben olvidar el refrán ‘si a nosotros nos cae la lluvia, sobre ellos caerá una tormenta'», admitió el ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman.

Más tarde, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió a Al Assad que mantenga a sus fuerzas fuera del conflicto y urgió a la comunidad internacional a «cortar los tentáculos del mal» de la Guardia Revolucionaria iraní.

La escalada comenzó anoche, cuando la línea de defensa israelí en los Altos del Golán, territorio sirio ocupado parcialmente por Israel desde 1967, fue atacada por unos 20 cohetes.

El Ejército israelí acusó del ataque a la «fuerza iraní Al Quds», la unidad de elite de la Guardia Revolucionaria de Irán, que pelea en la guerra en Siria del lado del gobierno del presidente Bashar al Assad.

El jefe de los voceros militares para medios internacionales, el teniente coronel Jonathan Conricus, confirmó que se atacaron «unos 70 objetivos», entre ellos centros de control y mando, centros logísticos, almacenes e infraestructura de armas.

El jefe militar no dio más precisiones sobre la operación, pero el Ministerio de Defensa de Rusia -el principal aliado militar de Siria-, dijo que Israel utilizó 28 aviones, disparó 60 misiles aire-tierra y más de 10 misiles tácticos tierra-tierra desde su territorio.

La crisis abrió también otro frente de conflicto con el Líbano, que dijo que uno de los misiles israelíes cayó en su territorio, donde causó daños pero no víctimas.
El Ejército israelí negó estar detrás del ataque y señaló a las defensas antiaéreas sirias como responsables.