El presidente de EEUU, Joe Biden, y el secretario general de la ONU, António Guterres, condenaron el ataque de un supremacista blanco y antisemita en un supermercado de la ciudad de Buffalo, en el estado de Nueva York, ocurrido el sábado último y que dejó al menos 10 muertos, la mayoría de ellos afroamericanos. Biden instó a la población a «trabajar juntos para abordar el odio que sigue siendo una mancha en el alma de Estados Unidos».

«Un hombre solo con armas de guerra y un alma llena de odio mató a 10 personas inocentes a sangre fría en un supermercado», agregó Biden anoche durante un evento realizado en el Capitolio para homenajear a los policías fallecidos en 2021, reseñó la agencia de noticias Ansa. «El secretario general (Guterres) se mostró consternado por el asesinato de 10 personas por (…) un acto de extremismo violento racista en Buffalo», dijo por su parte el portavoz adjunto de la entidad, Farhan Haq.

Al menos diez personas murieron y tres resultados heridas, dos de ellas de gravedad, en un ataque a balazos perpetrado y transmitido en vivo por redes sociales en la tarde del sábado por un adolescente de 18 años que se declaró supremacista blanco y antisemita, en un supermercado de Buffalo, Nueva York. Según el vocero, el secretario general de la ONU «condena en los términos más enérgicos el racismo en todas sus formas, así como la discriminación por motivos raciales, religiosos o étnicos y espera que se hará justicia», recogió la agencia de noticias Sputnik.

El sospechoso, un joven de 18 años, Payton Gendron, fue detenido por la policía, que lo acusó de asesinato en primer grado, un delito que prevé cadena perpetua. Las fuerzas de seguridad atribuyen el ataque al odio racial, al señalar que de los diez muertos y tres heridos, un total de 11 eran afroamericanos, mientras que el tirador detenido es de raza blanca.

Gendron hizo comentarios amenazadores que atrajeron a la policía a su escuela secundaria la primavera pasada, pero nunca fue acusado de ningún delito y no tuvo más contacto con la policía después su alta de un hospital, dijeron ayer autoridades. Funcionarios de seguridad citados por portales noticiosos revelaron que agentes de la policía del estado de Nueva York habían sido llamados a la escuela secundaria de Gendron en junio pasado, por un informe según el cual el adolescente, por entonces de 17 años, había hecho declaraciones amenazantes.

El joven había amenazado con llevar a cabo un tiroteo en la escuela secundaria Susquehanna Valley, en Conklin, Nueva York, en el momento de la graduación, dijo un oficial de la ley que habló bajo condición de anonimato. El funcionario no estaba autorizado a hablar públicamente sobre la investigación. El comisionado de policía de Buffalo, Joseph Gramaglia, dijo que Gendron no tuvo más contacto con las fuerzas del orden después de una evaluación de salud mental que lo llevó a un hospital durante un día y medio. “Nadie llamó”, dijo. “Nadie presentó ninguna queja”, dijo Gramaglia. La amenaza era de naturaleza «general», insistió, y no estaba relacionada con la raza.

Nueva York es uno de los varios estados que han promulgado leyes de «bandera roja» en los últimos años con la intención de tratar de prevenir tiroteos masivos cometidos por personas que muestran señales de advertencia de que podrían ser una amenaza para ellos mismos o para otros. El FBI calificó la investigación del ataque como «crimen de odio» y «caso de violencia de extremismo racista», dijo a la prensa Stephen Belongia, agente especial de la oficina del FBI en Buffalo, según la agencia AFP.

El joven asesino entró en un supermercado en Buffalo, ciudad ubicada al norte del estado de Nueva York, con un chaleco antibalas y un rifle AR-15 y abrió fuego a mansalva. El tirador transmitió en vivo por la red social Twitch la masacre desde que ingresa al estacionamiento con un automóvil hasta que empezó a disparar, informaron medios locales y Europa Press.