El agua, elemento esencial para la vida en la Tierra, ha sido motivo de guerras cuando no un arma implacable para vencer en una contienda. Lo sabía el florentino Maquiavelo, quien en 1503, para someter a Pisa, convocó a Leonardo da Vinci para que diseñara un desvío del río Arno. Esta semana se inauguró en Wall Street el índice Nasdaq Veles California Water (NQH2O), que cotiza las transacciones en derechos del agua en el estado más afectado por la escasez del vital elemento del norte de América. Como quien dice que las futuras guerras del agua ya tienen donde empezar a disputarse. En un mercado donde se negocia con la soja o el petróleo, pero con la diferencia de que sin agua la vida en el planeta no sería posible.

El anuncio no sorprendió a los que conocen de qué se trata. Así lo dice Elsa Bruzzone, autora entre otras publicaciones de Las guerras del agua: América del sur en la mira de las grandes potencias. “La noticia venía dando vueltas desde septiembre, pero se activó en noviembre”. El contexto es que California –una región de una producción agropecuaria abrumadora pero con muy poca agua disponible– venía sufriendo una serie devastadora de incendios forestales y una sequía prolongada.

Tras recordar que hay un choque de intereses entre el agua como una mercancía y entendido como un derecho humano, que reconoce la ONU en diversos documentos y quedó plasmado en una resolución del año 2010, Bruzzone aclara que el índice NQH2O (por la abreviatura del mercado de futuros y el símbolo químico del agua) hace hincapié en cómo se gestiona su uso. Pero, advierte, “cuando se la hace mercancía, solo los que tienen dinero podrán acceder a agua potable”.

Para Alejandra Volpedo, coordinadora de la Maestría en Gestión del Agua en Facultad de Veterinaria de la UBA, “el índice NQH2O no determina la calidad del agua, sino su cantidad, es algo financiero y no tangible”, sostiene. Y agrega un dato no tan evidente para los habitantes de las ciudades. “El 75% del agua que se usa en el mundo es en las actividades agropecuarias” y, por otro lado, en torno al 10% solamente es el uso humano directo. En tal sentido, puntualiza Volpedo, quizás la cotización sea un modo de visibilizar un problema.

En el NQH2O se transan derechos de uso a futuro en las cinco regiones principales de California, que incluyen cuatro cuencas subterráneas. El método es simple: un productor tiene el derecho sobre una cierta cantidad de agua para su explotación. Si encuentra la forma de ser más eficiente o hay una época en que necesitará menos consumo, podrá vender el excedente en el mercado en forma de un bono. Otros tendrán que salir a comprar porque su producción puntual lo exige. Una mirada promercado indicaría que así se gestionará mejor el recurso porque el bolsillo suele ser el más convincente de los argumentos.

Entre 2012 y 2019, hubo transacciones por 2600 millones de dólares con el agua. A raíz de este mercado tentador, surgió la asociación entre Nasdaq con Veles Water y West Water Research en el NQH2O. El primer cierre dio un valor de poco más de 486 dólares por un volumen equivalente a 1233 metros cúbicos del líquido.

Emilio Lentini es economista por la Universidad del Salvador y ocupó cargos en el Ente Regulador del agua en el AMBA, además de tener un extenso currículum en ese tema. Ante la consulta de Tiempo, Lentini sostuvo que “los expertos del sector deberíamos preguntarnos si es beneficioso que las empresas de agua y saneamiento ofrezcan sus acciones en el mercado accionario o bursátil… Yo soy de los que piensan que sí es beneficioso”. Y luego de contar experiencias de empresas privadas de San Pablo y Chile, propone un análisis objetivo “y sin dejarse llevar por criterios ideológicos que se expresan como dogmas”. De la realidad argentina, marca que hay ciudadanos muy lejos de tener el acceso a un derecho humano como el consagrado por la ONU y que, destaca, “no cuenta aún con ratificación expresa del Congreso Nacional”.

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En sentido contrario, Alicia Fernández Cirelli, que desarrolló el Centro de Estudios Transdisciplinarios del Agua (CETA) en Veterinaria de la UBA, se muestra absorta ante el planteo. “Me cuesta ver al agua como un recurso que cotice en bolsa, no lo entiendo”, afirma. Para luego detallar mejor el eje de su visión de la problemática: “Yo tomo agua de una fuente y la tengo que potabilizar, luego la devuelvo al cuerpo de agua. No vuelve en la misma condición, aunque debería. En resumen, eso tiene un costo. Cuando digo que no entiendo no digo que tenga que ser gratis, pero tampoco que sea un commodity”.

Apenas el 3% del agua del planeta es apta para el consumo y la producción agropecuaria. El resto, el 97%, es agua salada. Se puede calcular cuánta agua se necesita para cada producción con la así llamada agua virtual, utilizada en cada quintal de maíz, de soja, o por cada kilo de carne de cualquier especie. La ONU dice que para el año 2050 se consumirá un 44% más de agua.

Un Atlas de Acuíferos Transfronterizos de la Unesco individualizó unos 500 cursos de agua subterráneos que cruzan fronteras. El Guaraní, en el Cono Sur de América, uno de los más grandes del mundo, es escenario en disputa según los especialistas en Geopolítica.

En 2018, el Papa Francisco alertó sobre los riesgos de avanzar “hacia la Gran Guerra Mundial del Agua”. Por lo pronto, en California ya se hacen apuestas. «

La Pampa era un vergel

Dicen los lugareños que el noroeste de La Pampa era un vergel. Pero que repentinamente el Río Atuel literal-mente desapareció. Del otro lado del límite con Mendoza, es estaban desarrollando proyectos de irrigación muy provechosos para productores mendocinos pero letales para los pampeanos.

En julio de este año, la Corte Suprema decidió fijar un caudal mínimo permanente de 3,2 metros cúbicos por segundo del río en el límite interprovincial entre ambas provincias. El tribunal explicó que ese es el caudal que peritos del Instituto Nacional del Agua (INA) habían determinado como razonable para que cesara el daño am-biental provocado del otro lado de la frontera. El caso se había iniciado en mayo de 1918. Todavía no hay datos sobre el resultado del dictamen.

Otra Guerra del Agua interprovincial se registra en la cuenca del río Colorado y también involucra a Mendoza y La Pampa, aunque en este caso el caso atañe también a Neuquén, Río Negro y Buenos Aires. Se trata de la re-presa de Portezuelo del Viento, que se proyecto como la obra del siglo, sobre el principal afluente del Colorado, para generar 210 MW de potencia e irrigación en zonas aledañas.

Luego de varias disputas a nivel nacional, en 2016 el gobierno de Mauricio Macri dio el aval para que el gobernador radical Alfredo Cornejo llamara a licitación internacional. Desde La Pampa protestan que según los últimos reportes oficiales tras más de 10 años de crisis climática, el Colorado disminuyó su caudal a los valores más bajos en los 100 años en que se realizan mediciones.