Con Brasil como el país de América Latina más afectado por la pandemia, la decisión del Supremo Tribunal Federal (STF) cumple con una solicitud de tres partidos de oposición que presentaron una demanda el sábado pasado, días después que el gobierno tomara la decisión de retrasar la publicación de los datos de nuevos casos y muertes por coronavirus.

El ultraderechista mandatario reaccionó rápidamente y, en una reunión ministerial transmitida en directo desde el Palacio presidencial de Planalto, en Brasilia, aseguró que su gobierno está al lado de la “transparencia” y que no teme a “la verdad”.

Luego, dijo que continúa siendo “la marca de su gobierno” la frase del Evangelio según San Juan que dice “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”, y que utilizó como uno de sus lemas en la campaña electoral de 2018.

El jefe de Estado buscó retomar la iniciativa en la enorme controversia generada a partir de las modificaciones que han sufrido los boletines diarios sobre el nuevo coronavirus en los últimos días y que se han traducido en una reducción de las informaciones.

La decisión de Bolsonaro sobre las estadísticas implicó que ya no sería publicado el total de contagios y muertes por coronavirus y solo informarían los decesos y contagios de las 24 horas previas, alegando que el formato anterior no representaba “el momento del país”.

El magistrado del STF Alexandre de Morais, en un oficio publicado anoche, determinó sin embargo que los datos totales de Covid-19, la enfermedad que causa el nuevo coronavirus, deben ser incluidos en los boletines diarios y en el portal creado para la divulgación por el Ministerio.

De Morais consideró en su fallo que la “publicidad” es “imprescindible dentro de la administración pública» a los ojos de la Constitución y frente a la «gravedad de la emergencia» por la que pasa el país a causa de la pandemia, informó la agencia de noticias EFE.

El gobierno de Bolsonaro tiene 48 horas para explicar el porqué del cambio de metodología, agregó el oficio.

La gestión del coronavirus de Bolsonaro fue mundialmente criticada, y a ella se atribuye en gran parte que Brasil tenga más de 37.000 muertes por el virus hasta el momento.

El mandatario ultraderechista minimizó desde el principio la gravedad de la enfermedad, a la que calificó de “gripecita”, rechazó las cuarentenas para priorizar la economía -que igual se desplomó- y hasta desestimó las medidas de distanciamiento social que recomendaba su propio gobierno.

Sus dos anteriores ministros de Salud ya no están en su puesto: uno fue echado y el otro renunció, en ambos casos por discrepar con la estrategia del presidente.

El Congreso, la clase política y las asociaciones de prensa se pronunciaron durante todo el fin de semana contra el cambio adoptado por el Ejecutivo para divulgar los datos de Covid-19.

La decisión se suma a otra de la Fiscalía, que pidió en un plazo de 72 horas, que vence hoy, que el ministro interino de Salud, el general Eduardo Pazuello, explique las razones para el cambio adoptado desde el último viernes y presente el acto administrativo que soporta la polémica decisión del Ejecutivo.

Antes del oficio del STF, Brasil confirmó 679 muertes por coronavirus en las últimas 24 horas, con lo que el total asciende a 37.134, mientras que los infectados suman ya 707.412, al ser contabilizados los 15.564 nuevos casos confirmados.

El gigante sudamericano es el segundo país con más casos en el mundo, detrás solamente de Estados Unidos, y el tercero en muertes, superado por Estados Unidos y el Reino Unido.