Todo indica que también en Estados Unidos la solución a los problemas políticos pasa por el Poder Judicial. Incluso, por una buena Mesa Judicial como la que Donald Trump sostiene que armó Joe Biden para avanzar contra su abogado Rudolph Giuliani, a quien el FBI allanó este jueves en el marco de una investigación por sus actividades como lobista en la Ucrania post golpe de 2014.

La causa contra Giuliani se relaciona con supuestos trabajos de «cabildeo» a favor de funcionarios ucranianos a cambio de un estipendio durante la gestión de Trump en la Casa Blanca. Pero también lo imputan buscar que la justicia de aquella nación investigara las actividades del hijo de Biden, Hunter Biden, como beneficiado por negocios con una empresa energética luego del golpe de estado prooccidental contra el prorruso Viktor Yanukovich en 2014 que desencadenó un conflicto que desde entonces viene escalando entre Kiev, Moscú. la OTAN y Washington.

En el medio de este cruce, Trump fue llevado a juicio político en 2019 por esas presiones al gobierno de Volodímir Zelenski para avanzar contra Biden Jr, aunque no pudo ser destituido. Los demócratas denuncian desde 2016 una presunta injerencia rusa en las elecciones que depositaron en el Salón Oval al polémico empresario inmobiliario y dejaron en la puerta del lado de afuera a Hillary Clinton.

Si aquella movida de Trump tenía que ver con presiones judiciales en el país europeo, esta que compromete a Giuliani puede inscribirse en una maniobra de los demócratas para terminar de dejar fuera de carrera a ese sector ultra de los republicanos. «Rudy Giuliani es un gran patriota. Simplemente ama a su país, y allanaron su apartamento», protestó el ex presidente en el canal Fox Business. «Es un doble estándar tan grande que no creo que nadie haya visto algo así antes… Es muy, muy injusto”, prosiguió Trump.

Biden, por su parte, replicó en la NBC que no estaba informado sobre el avance de la causa contra Giuliani. “No es el rol del presidente decir quién será procesado, cuándo será procesado, quién no debe ser procesado (…) El Departamento de Justicia es el abogado del pueblo, no el abogado del presidente», agregó, para afirmar finalmente que “Trump politizó el Departamento de Justicia, y muchos funcionarios renunciaron, simplemente se fueron”.

Efectivos de la agencia federal allanaron el departamento de Giuliani en Nueva York y sus oficinas en el mismo edificio. Andrew Giuliani, hijo del ex alcalde, afirmó que el caso tiene ribetes políticos y «es la continuación de la polarización del Departamento de Justicia, que debe terminar». Y agregó que la medida judicial es algo «extremadamente perturbador, asqueroso y absolutamente absurdo».

Dos colaboradores de Giuliani en Ucrania, Lev Parnas e Igor Fruman, habían sido acusados en 2019 de violar las leyes de financiamiento de campañas mientras que en enero el Departamento del Tesoro sancionó a cuatro ucranianos que ayudaron a Giuliani en sus gestiones, por cargos de injerencia electoral. Un asesor de campaña de Trump, Paul Manafort, también había sido involucrado en negocios no muy claros con dirigentes ucranianos y Michael Cohen, el anterior abogado del exmandatario, Michale Cohen, había sufrido un allanamiento espectacular en abril de 2018.

Giuliani, de 76 años, fue alcalde de Nueva York entre 1994 y 2001 y viene de varios traspiés. Representó a Trump en sus denuncias sobre fraude en las elecciones de noviembre pasado con poco éxito. Y el sábado pasado fue “premiado” con los Razzles, sarcásticos galardones que se otorgan a la peor actuación en una película, previo a los Oscars. Sucede que Giuliani aparece en un par de escenas -contra su voluntad- que lo dejan mal parado en el la última de Borat, el personaje creado por el actor y guionista Sacha Baron Cohen.

Había alcanzado su momento cúlmine luego de su actuación tras el ataque a las Torres Gemelas, cuando estuvo en todos los frentes mostrando empatía con los rescatistas y familiares de las víctimas. Por estas tierras había sido ejemplo de mano dura un poco antes, cuando arreciaba la crisis de la convertibilidad y crecían los índices de delitos.

Su lema de “tolerancia cero” fue emblema de dirigentes locales. Uno de los que más miga hizo con Sergio Massa, actual titular de la Cámara baja de la Nación. El eje de la campaña del diputado oficialista a la intendencia de Tigre y desde su banca en el Congreso fue el combate a la inseguridad urbana. Giuliani estuvo en Argentina en 2017 para presentar el libro “Así lo hicimos”, donde Massa cuenta cómo le fue con esos planes durante su gestión en Tigre, entre 2007 y 2013.