El capítulo final de la elección general de Chile 2021 empezó con calma. Pasadas las 9.30 los candidatos José Antonio Kast del Partido Republicano (PR) y Gabriel Boric, del Pacto Apruebo Dignidad (Frente Amplio, PCCh, y otros) ya habían sufragado. Sin embargo, una vez que Boric ya estaba volando desde Punta Arenas, lindante con Ushuaia, hacia Santiago comenzaron los primeros trascendidos sobre las demoras en el transporte público. Este servicio, que es gratuito los días de elecciones, afecta principalmente la concurrencia de los sectores más populares que, a su vez, son los que reflejan menores niveles de participación. Cabe señalar además que la proximidad no es un factor que necesariamente sea considerado por el Estado para asignar los lugares en que cada persona tiene que votar, por ende, la mayoría depende del transporte público. La respuesta y organización llegó rápido, los ciudadanos que cuentan con algún medio de transporte ofrecen acercar a quienes no pueden asistir a los centros de votación.

“Estoy esperanzado, espero que salga electo Gabriel Boric porque con su conglomerado va a conseguir los cambios que Chile está esperando hace casi 50 años”, dijo Rodrigo, empleado público de 42 años antes de entrar al cuarto oscuro. Participó del estallido en 2019 y cree que las demandas por una mejor “calidad de vida, dignidad social, salud, la reforma de pensiones, los delitos económicos y en temas de medioambiente” van a ser atendidas por quien eligió también en noviembre. Cree que a partir de la expansión de Boric le permitió salir de un “nicho” y dejó de ser visto como “un partido de niños de elite que estaban haciendo política”.

Camila Vallejo, vocera de Boric, llegó a La Pintana, una de las barriadas populares del sur de Santiago, el día previo a la elección. Es un territorio que nació de la adinerada zona de Las Condes. Sus habitantes llegaron durante la dictadura después de haber sido desplazados del barrio que hoy elige Kast. Allí la diputada comunista -y potencial ministra en un eventual gobierno de Boric- es recibida en la junta de vecinos del barrio donde desde hace años tiene un trabajo territorial y esta vez hay una actividad previa a navidad destinada a chicos, que se acercaran a comer algo, jugar con un inflable o llevarle un regalo a los que no pudieron acercarse.

Vallejo prefiere hablar con los vecinos pero no deja de comentar la permanencia del trabajo en el territorio al que ella representa en la Cámara de Diputados y en el que lleva cerca de seis años. Relató las dificultades que se presentan para romper algunas “lógicas clientelares” que son impulsadas por otros partidos que además terminan tomando “decisiones a puerta cerradas”.

Alejandro Ruminot presidente de la junta vecinal recibió a Vallejo y explicó a Tiempo que en la pandemia ayudaron mucho a vecinos que estaban “enfermos y a los que no tenían trabajo”. A través de una fabricante de levadura y la panadería del barrio explica que acordaron el envío de “40 kilos de pan por día” que lo entregaban a los vecinos. Como principales falencias resalta la ausencia del Estado en lo referido a «salud porque muchos no calzan en ningún sistema” y sostuvo que para solicitar subsidios hay “mucha burocracia”. “Tenes que vivir casi en la mugre para que te crean y te ayuden por un período de uno o dos meses, y después hay que volver a hacer los trámites», dijo y agregó que todos allí “cruzan medio Santiago para trabajar» mayormente en servicio de limpieza de casas o de construcción.

Una pareja de La Pintana, desarma la tarde del sábado su puesto de frutas y verduras que mantienen desde hace 20 años. Roxana tiene 42 años y su esposo Ismael 36, dicen que van a votar por Kast, sostienen que en el estallido “el mismo pueblo saqueó al pueblo”, significó un desorden para la vida cotidiana y comentan que les robaron dos camiones con los que transportan la mercadería. También enfatizan en la falta “orden” y “respeto a carabineros”.

A diferencia del primer turno electoral del pasado 21 de noviembre, cuando se eligió además de Presidente, los senadores, diputados y consejeros regionales -con una boleta por cada categoría y algunas en tamaño casi cuatro veces más extensas que la lista sábana- esta vez solo hay una papeleta con los dos contendientes. “Ha estado todo tranquilo, ha votado bastante gente y al ser una elección presidencial entre dos partes ha sido rápido el proceso, no han habido aglomeraciones”, comentó a Tiempo Reinaldo Selaive delegado de la junta electoral de una escuela de Santiago Centro, en donde también comenta que durante la elección previa sí tuvieron largas filas.

“Ha sido muy difícil elegir el candidato que a uno le guste porque los dos son complicados”, dijo a Tiempo Sandra de 50 años que trabaja manipulando alimentos. Relata que en primer turno votó por Yasna Provoste, del Nuevo Pacto Social, pero que ahora lo hará por Kast. “Boric no me representa”, aseguró porque “se contradijo miles de veces”. Sin embargo, rescata el estallido porque estaban “aburridos de tanto abuso, de la corrupción” pero aclara que “después se fue de las manos y fue hacer desorden por desorden” e implicó que comerciantes “fracasaran”. Se define como “persona trabajadora” que se “saca la mugre” para tener sus “logros”.

Jorge tapa sus canas con un sombrero de paja que detiene los rayos de sol a la salida de un centro de votación. Aseguró que vota “siempre” y ahora lo hizo por Kast porque “es más moderado y tiene más presencia como Presidente” mientras que “el otro cabrito -Boric- se ha dado vuelta para todos lados y está manejado por los comunistas”. Enseguida aparece la idea del “orden” como primera necesidad porque es algo que se ha “perdido” al igual que “la autoridad de los Carabineros”. Y aunque valora el estallido que “algo logró” cree que hubo mucho “vandalismo”. Por su parte, Pedro Cáceres, otro elector también de Santiago, afirmó que “votó por el menos malo, no por alguien que le gusta” e insinúa su voto a Kast cuando comenta que solo le interesa “que haya orden en el país”.