El ejército de Zimbabwe confirmó que ha tomado el poder y apresado al presidente Robert Mugabe, quien se encuentra “sano y salvo” bajo custodia militar.

En una breve transmisión de la televisión estatal, un portavoz del Ejército dijo: “Queremos dejar absolutamente claro que esto no es un golpe militar”, a pesar de que los tanques entraron a la capital, Harare, y que detuvieron al menos a tres ministros del gobierno.

«Sólo estamos buscando a los criminales que están alrededor (de Mugabe) que están cometiendo delitos que están causando un sufrimiento social y económico al país para llevarlos ante la justicia. Tan pronto como cumplamos nuestra misión, esperamos que la situación vuelva a la normalidad”, continuó su mensaje el portavoz de los militares.

Jacob Zuma, presidente de Sudáfrica, anunció que enviará a Zimbabwe una comitivas de altos funcionarios para entrevistarse con Mugabe y con los jerarcas de las Fuerzas Armadas.

Si bien la situación se mantiene en una niebla de confusión, se cree que la crisis se desató la semana pasada cuando el ahora depuesto primer mandatario destituyera a su vicepresidente Emmerson Mnangagwa, su más probable sucesor, por “deslealtad y escasa honradez en la ejecución de sus deberes”. Aparentemente, la intención de Mugabe era que su actual mujer, Grace, lo reemplazara como presidente.

Robert Mugabe es un hombre de 93 años que lleva casi cuatro décadas en el poder. En el continente africano su figura posee un consenso relativamente alto por su rol en la guerra por la independencia contra el Reino Unido, Cuando Rhodesia pasó a llamarse Zimbawe. Las potencias occidentales, por su parte, lo consideran un dictador corrupto y sanguinario.