Al grito de «No es abuso, es violación» y «Qué casualidad, qué casualidad, que uno de ellos era militar», las mujeres atronaron la Puerta del Sol, la tradicional plaza céntrica de Madrid justo cuando comenzaban a sonar las marchas militares que concentraban la atención de los medios. El 2 de Mayo se celebra el Día de la Comunidad, en recordación al levantamiento popular de 1808 contra las tropas invasoras de Napoleón Bonaparte, que pretendía imponer una dinastía familiar y ya había ocupado la península ibérica. El movimiento feminista protagonizaba su propia rebelión contra el machismo que destila una sentencia de un tribunal de Navarra sobre un caso que conmovió al mundo en torno de los cinco miembros de un grupo autodenominado La Manada.

El 7 de julio de 2016 un grupo de jóvenes que en whatsapp se bautizaron La Manada tomaron por la fuerza a una muchacha madrileña y la sometieron a relaciones sexuales no consentidas. No solo eso sino que luego subieron a las redes sociales un video donde se ven detalles escabrosos de cómo cuatro varones despliegan toda su violencia sexual contra una chica que no atina a defenderse.

La muchacha, de 18 años, había subido al vehículo de los agresores porque había aceptado la invitación de uno de ellos a que la acercaran al lugar donde había dejado el auto con el que había viajado desde Madrid a la localidad donde se registró el hecho, Pozoblanco, Córdoba.

Nunca imaginó que eran una banda de desaforados con antecedentes por robo y lesiones, ligados a la barrabrava Biris Norte, del Sevilla Fútbol Club,  que se habían propuesto cometer una atrocidad semejante y que también ese objetivo lo habían subido a las redes como un pacto para realizar una siniestra diversión. Le ficha cayó sobre ella como podría haber sido cualquier otra mujer.

Dos meses después, el quinteto fue detenido en Pamplona. Se trata de José Ángel Prenda Martínez, de 27 años, barrabrava de Sevilla; Ángel Boza Florido, también «ultra» sevillista; Jesús Escudero Domínguez, peluquero, de 27 años; el guardia civil Antonio Manuel Guerrero Escudero, de 29 años; y el soldado Alfonso Jesús Cabezuelo, de 30 años, destinado en la Unidad Militar de Emergencias.

La semana pasada, la Audiencia de Navarra condenó a los cinco miembros de La Manada a nueve años de prisión por abuso sexual. La fiscalía había pedido entre 22 y 24 años por violación. Causó indignación en toda la sociedad el fallo, que le «baja el precio» al delito cometido. Pero también el dictamen de uno de los jueces, Ricardo González, quien  pidió la absolución de los acusados en una sentencia en que considera que de acuerdo a los videos mostrados en el juicio, la joven «no sintió dolor». Y hasta dice que parecía estár disfrutando.

«Lo que documentan las imágenes es sexo entre desconocidos, en el entorno clandestino y desapacible del rellano de un portal. Aprecio en los vídeos un ambiente de jolgorio y regocijo en todos ellos (…)en ninguna de las imágenes percibo en su expresión, ni en sus movimientos, atisbo alguno de oposición, rechazo, disgusto, asco, repugnancia, negativa, incomodidad, sufrimiento, dolor, miedo, descontento, desconcierto o cualquier otro sentimiento similar».

Se preveía un razonamiento como estre en ese magistrado ya que en el interrogatorio a que sometió a la víctima durante el juicio, González le había preguntado cómo les había manifestado que no quería tener relaciones con ellos.

-Yo cerré los ojos… No hablaba, no estaba haciendo nada, estaba sometida y con los ojos cerrados. Solo estaba pensando en que todo eso se acabara- fue la respuesta, sorprendida, de la chica.

Hubo una polémica política y desde el gobierno nacional el ministro del Justicia, Rafael Catalá, tildó a González de ser un juez «con problemas», aunque cuando los periodistas le pidieron precisiones se escudó en que en realidad «es una persona normal como cualquier otra».

Diferentes colegios de psicólogos y psiquiatras que nuclean a casi 2000 profesionales se sumaron a la polémica asegurando que «la paralización y el bloqueo», así como «la inmovilización», son reacciones comunes víctimas de «una situación de amenaza de muerte, lesión grave o violencia sexual».

El documento añade una crítica al machismo imperante en la cultura española en general y en las leyes que la sustentan en particular y que lleva a considerar que una mujer, aunque en principio no quiera, siempre termina por aceptar una relación sexual.

«Gran parte de las preguntas de jueces y juezas en este tipo de procesos, cuestionan constantemente las reacciones de la víctima. Así, son estas víctimas las que tienen que demostrar que ‘no lo desean’, resistiéndose explícitamente a pesar de que la paralización y el bloqueo sean reacciones automáticas y normales ante el pánico desde el punto de vista psicobiológico», indica el texto.

La polémica llevó a que incluso desde La Moncloa la ministro de Defensa, María Dolores de Cospedal, haya planteado la necesidad de reformar el Código Penal para evitar sentencias que terminan siendo beneficiosas para acusados de delitos sexuales.

Este miércoles, las mujeres coparon en Madrid la celebración del día de la Comunidad, un festejo algo alicaído desde el momento en que la presidenta de la región, Cristina Cifuentes, tuvo que renunciar hace cinco días luego de dos escándalos que se sucedieron con demasiada cercanía: La comprobación de que el título de un máster en la Universidad Rey Juan Carlos era trucho, y de que se conociera un video de 2011 donde se la ve llevándose sin pagar cremas antiage de un supermercado justo enfrente de la Asamblea.

«No hay nada que destejar», gritaban las manifestantes, horrorizando a dirigentes que posaban, solemnes, para la foto frente a un desfile militar.

Entre ellos estaba la señora Cospedal y el sustituto de Cifuentes, Ángel Garrido. En esa ocasión, las autoridades entregaron premios a madrileños de excepción. Uno de los galardonados fue Alfonso Ussía, columnista del diario La Razón, que recibió una medalla de oro por su «extenso conocimiento de la historia de España» y su «afilado sentido del humor».

Ussía es criticado por el machismo exacerbado en algunas de sus columnas y el diario cooperativo público.es destaca algunas de esas «joyas».

«Lo del tanto acoso sexual en Hollywood me ampieza a parecer rarísimo. ¿No existirán ambiciones económicas?», dice un tuit.

Otra frase: «Que detrás del hombre vaya la mujer -siempre más inteligente que el macho-, es algo que no puede llamar la atención. Pero que en política sea la mujer la que tira del hombre, incluso en Islandia, despierta suspicacia».

Finalmente, sobre la portavoz de Podemos y pareja del líder del partido, que había anunciado que estaba embarazada de mellizos. «Irene Montero es una mujer muy atractiva, especialmente cuando no habla. Es infinitamente más atractiva en cine mudo que en cine sonoro o en grabación parlamentaria. Pero nadie pone en duda que, al igual que Rita Maestre, lleva en su ser la belleza antigua del denostado pijerío. Y por sexo, permítame esta duda, la elección de Pablo Iglesias como macho de permanencia jamás se habría producido».

Genma Gil, del Movimiento Feminista, dijo a la agencia Efe que los jueces tienen que saber «que no, es no». Y auguró: «Que sepa el patriarcado que nosotras las mujeres tenemos la fuerza y somos capaces de cambiar las cosas y mover el mundo».