La líder del ultraderechista Frente Nacional (FN) francés, Marine Le Pen, criticó a la Eurocámara por haber iniciado un «procedimiento político» en su contra, luego de que la institución europea la denunciara por un presunto desvío de los fondos que recibe como parlamentaria europea. 

«Se nos reprocha que nuestros asistentes parlamentarios no trabajan para la Unión Europea (UE). No, trabajan contra la Unión Europea, (…) porque somos políticos, declaró Le Pen en una entrevista al canal de televisión «TF1» al ser consultada por la demanda de la Eurocámara, que le reclama la devolución de 340 mil euros. 

Le Pen recordó que una de las principales líneas de su programa es que Francia recupere la soberanía en el control de sus fronteras o en la gestión de la política monetaria, y que si llega al Elíseo negociará con la UE el restablecimiento de una moneda nacional, que luego someterá a referéndum. 

El Parlamento Europeo le reclama ese dinero por considerar que cometió una malversación de fondos públicos al otorgar al personal de su partido las sumas que tenía atribuidas para contratar a asesores dentro de la Eurocámara. 

En concreto, se le reprochan los 298.500 euros supuestamente desviados para pagar a Catherine Grisset, que trabaja para el Frente Nacional en su sede de Nanterre, a las afueras de París, y no en la Eurocámara. 

También los 41.554 euros utilizados para el sueldo de Thierry Leger, que no es asistente parlamentario de Le Pen sino su guardaespaldas. 

La candidata ultraderechista a las elecciones presidenciales francesas de mayo dijo ser «víctima de procedimientos escandalosos» y señaló en primer lugar al anterior presidente del PE, el socialdemócrata alemán Martin Schulz, «un socialista que siempre dijo que nos iba a combatir», informó la agencia EFE. 

Sobre el fondo del asunto, Marine Le Pen argumentó que Grisset trabaja como su secretaria, y que no se podían separar sus funciones como presidenta del FN de las de eurodiputada. 

Así ironizó sobre el hecho de que si recibía una llamada, su asistenta tendría que colgar si la llamaban en tanto que presidenta del partido y sólo podría atenderla si se dirigían a ella en tanto que parlamentaria europea. 

En cuanto al trabajo como asistente parlamentario de su guardaespaldas, aseguró que Leger pasaba «varias horas al mes» en su despacho del Parlamento Europeo de Estrasburgo para recibir llamadas y «hacer trabajos».