Los nombramientos del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, para Justicia, Inteligencia y Seguridad Nacional confirman que gobernará con la línea dura de su campaña y alarman a los defensores de los derechos civiles, que ven el racismo y la islamofobia a punto de instalarse en la Casa Blanca.

Las organizaciones y los políticos demócratas que se escandalizaron hace una semana por el nombramiento del controvertido ultraderechista Steve Bannon como estratega jefe, ven confirmados sus peores temores con la elección, ayer, de tres «halcones» para puestos claves de seguridad.

Trump lanzó el viernes un inequívoco mensaje de que su Casa Blanca se parecerá mucho a su incendiaria campaña al anunciar como fiscal general al senador Jeff Sessions, asesor principal de Seguridad Nacional, al general retirado Michael Flynn y jefe de la agencia de inteligencia (CIA) al congresista Mike Pompeo.

Sobre Sessions llueven críticas por «racista» y «antiinmigrante», a Flynn se lo acusa de «islamófobo» como, en menor medida, a Pompeo, de quien también se resalta su defensa de una inteligencia de mano dura.

El temor que despierta el incipiente gobierno Trump, quien asumirá la presidencia el 20 de enero, «es de una magnitud totalmente diferente» a las preocupaciones que suscitaron entre los grupos de derechos civiles anteriores candidatos republicanos como Mitt Romney (2012) y John McCain (2008), consideró la organización People’s Action, que trabaja por la justicia social.

A Jeff Sessions lo persiguen acusaciones de racismo desde 1986, cuando un senador republicano le impidió ser juez federal, desde entonces se ha labrado fama de ferviente anti inmigrante como senador y durante la campaña apoyó la idea de prohibir la entrada de los musulmanes en Estados Unidos.

«Si no era bueno para ser juez federal, ¿cómo puede ser bueno para fiscal general? Si es hostil o indiferente a la agenda de los derechos civiles del país, ¿cómo va a liderar la agenda de derechos civiles?», consideró Cornell William Brooks, presidente de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (Naapc), en declaraciones a la cadena MSNBC.

Para esta centenaria organización es «alarmante» que Trump nombre a alguien del perfil de Sessions «después de elegir a un estratega jefe (Bannon) que supone una plataforma para la derecha alternativa islamófoba y misógina», consignó la agencia de noticias EFE.

Por su parte, People’s Action coincidió en que, «en medio de una serie de abominables nombramientos», elegir a Sessions como fiscal general es «especialmente pernicioso porque su oficina es el más importante baluarte contra las fuerzas de la intolerancia y el odio que afectan a las comunidades de color, inmigrantes, musulmanes, mujeres, homosexuales y discapacitados».

Para el diario The New York Times, la elección de Sessions «encarna» el «resentimiento racial blanco» del que estuvo «surtida» la campaña de Trump, mientras que la senadora Elizabeth Warren, icono progresista del Partido Demócrata, la considera una «concesión al racismo» y pidió al Senado «ejercer un liderazgo moral básico» rechazándola.

Mientras que la nominación de Flynn para el delicado puesto de asesor de Seguridad Nacional también ha levantado una polvareda de críticas, sobre todo por sus pronunciamientos sobre el islam, religión a la que denomina una «ideología política» y que llegó a comparar con un «cáncer maligno».

La organización de defensa de los musulmanes Council on American-Islamic Relations estimó que los primeros nombres anunciados por Trump «despliegan una perturbadora tendencia islamofóbica que preocupa a los musulmanes estadounidenses y debe preocupar a todo el país».

La entidad también señaló que el futuro director de la CIA, Mike Pompeo, acusó en el pasado a los líderes musulmanes del país de ser «cómplices potenciales» de «terrorismo» por su supuesto «silencio» ante los ataques.

El nombramiento de Pompeo ha sido menos incendiario que el de Sessions y Flynn, pero también preocupa.

«Los nombramientos de Flynn y Pompeo sugieren un giro a políticas que pueden distanciar profundamente a los aliados musulmanes. Un gobierno que parece demonizar el Islam será bien recibido por los reclutadores del Estado Islámico y Al Qaeda, como lo será uno que vuelva a las violaciones de derechos humanos simbolizadas por Guantánamo», consideró hoy el diario The Washington Post en una editorial sobre los «peligrosos» nombramientos de Trump.

No obstante, el aparato republicano comulga con estos nombres, como dejo entrever hoy el diario The Wall Street Journal en otra editorial, con la esperanza de que los siguientes sean más canónicos y la balanza quede más o menos equilibrada entre el populismo de la campaña y la experiencia del «establishment» que controla el Congreso.

Entretanto, Trump se reunió hoy con uno de los pesos pesados del Partido Republicano, Mitt Romney, para abordar asuntos de política exterior, en una conversación que ha levantado gran expectación.

Romney, quien fue derrotado por Barack Obama en las elecciones presidenciales de 2012, mantuvo durante los últimos meses un enfrentamiento abierto con Trump, pero, según medios estadounidenses, el magnate neoyorquino podría ofrecerle la Secretaría de Estado a pesar de ello.

El encuentro, que duró más de una hora, fue en una propiedad y campo de golf que Trump tiene en el estado de Nueva Jersey, donde está pasando el fin de semana y en el que recibirá a otros líderes republicanos.

Los medios estadounidenses especularon hoy con la posibilidad de que el presidente electo ofrezca el cargo de secretario de Estado a Romney, un moderado que contrastaría con varios de los nombramientos que Trump ha hecho hasta ahora.

Previamente, el equipo de transición del presidente electo de Estados Unidos informó que Trump mantuvo hoy sus primeras conversaciones telefónicas con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, con el primer ministro iraquí, Haidar al Abadi y con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.