Hay meses emblemáticos en la vida del continente americano de Norte a Sur.

El 11 de septiembre del 2001 en EEUU, con el ataque a las torres gemelas, se inauguró la era de la lucha contra el terrorismo. Costó centenares de miles de vidas de uniformados, terroristas y también de civiles árabes y afganos inocentes. Varios miles de militares de EEUU y de países aliados de la OTAN muertos o con stress post-traumático, causado por la guerra. Su saldo visible son estados desarticulados en Irak y Libia, miles de millones de dólares ganados por el complejo militar-industrial de EEUU y Occidente y los talibanes en el poder de nuevo en Afganistán, Al-Quaeda y el ISIS renacidos y con poder de continuar amenazando al mundo con su terrorismo en nombre de una interpretación religiosa que niega la modernidad.

Hace 48 años en Chile se sublevaron las Fuerzas Armadas, con el apoyo implícito de Nixon y Kissinger a la sazón presidente y Zar de las relaciones  internacionales estadounidenses respectivamente, según lo develaron documentos oficiales (informe Church) en el senado norteamericano.

 Fue derrocado un gobierno legítimo, cuyo líder prefirió morir y cumplir su juramento de defender la constitución y pasó a la historia como presidente mártir. El saldo ha sido 17 años de una dictadura fascista encabezada por un general que murió en su casa y que post mortem ha sido descubierto como un enorme corrupto. Una democracia que tuvo éxito en reducir la pobreza, aumentar mucho el PIB y también en mantener y profundizar la desigualdad económica y social. Esa desigualdad ha sido el motor de una nueva etapa en la cual una convención constituyente redacta una nueva constitución que abrogue la que dejó el fascismo pinochetista y se constitucionalicen derechos sociales y étnicos que el gobierno de Allende había comenzado a hacer realidad en los 70’.

El 15 de septiembre de 1821 México selló su independencia de España. En 200 años tuvieron lugar el proceso de reforma que consagró el estado laico y liberal y la revolución mexicana que consagró el reparto de tierras, los derechos laborales y sociales, impulsó la alfabetización masiva, creó la autonomía de las universidades , impulso, a traves del  INAH , el descubrimiento de las estructuras materiales que encarnaron una civilización milenaria. Conformó una institucionalidad fuerte que se democratizó gradualmente, con los militares sometidos al poder civil durante un siglo, impulsó una economía mixta. El saldo de hoy es una nación orgullosa de su pasado, un Estado con instituciones sólidas, una economía cuyo PIB es uno de los 15 mayores del mundo y una sociedad con problemas de desigualdad,  corrupción e inseguridad ciudadana  que el país tiene que combatir con políticas de estado, más allá del color político de los gobiernos.

El 15 de septiembre también celebran su independencia los estados centroamericanos porque en 1821 se firmó el Acta de la Independencia de Centroamérica. Y la región vive momentos de incertidumbre, corrupción, violencia, inseguridad y debilitamiento de los estados nacionales, por acción del crimen organizado y fragilidad de las instituciones.

Personajes públicos respetados de Guatemala y Honduras escriben en los medios, que sus países son estados fallidos no declarados y además no reconocidos aún como tales, ni por sus pueblos ni por  la comunidad internacional. Los servicios básicos de un estado como salud, educación, seguridad, están en bancarrota y las cifras de la macroeconomía solo les cuadran a algunos grandes hombres de negocios que viven dentro y fuera de la ley. Además esos estados disfrutan de la impunidad mediática de algunas de las empresas globales de comunicación hegemónicas, que suelen ser selectivas políticamente con los gobiernos latinoamericanos, al momento de levantar el dedo acusador por corrupción, inseguridad e impunidad. 

En Nicaragua Sergio Ramírez, escritor, ganador del  premio Cervantes, exvicepresidente del primer gobierno sandinista denuncia la persecución de la fiscalía en nombre del gobierno de Daniel Ortega, que aspira a continuar en el poder con elecciones sin  contendientes, en noviembre.

La RAE desde España y otros sectores vinculados a las artes y la cultura en Hispanoamérica levantan sus voces de solidaridad con el ilustre nicaragüense perseguido.

En ese desierto de opciones esperanzadoras para las elecciones de noviembre,  se levanta la candidatura presidencial de la hondureña Xiomara Castro, jurista y luchadora contra la dictadura cívico-militar que fue instaurada hace más de una década, derrocando al presidente Mel Zelaya. También la candidata ha luchado contra el hegemonismo que el Partido Nacional ha impuesto con un presidente reelegido violando las tradiciones constitucionales hondureñas y con maquinaciones electorales fraudulentas. Además mencionado en alguna causa de narcotráfico en EEUU y con un hermano preso en ese país por el mismo delito. La candidata Xiomara Castro y la cumbre de CELAC en México el 18 de septiembre son dos de las buenas noticias de este septiembre de 2021 en esa zona de las Américas.

En Ecuador, el gobierno del presidente Lasso cumplió los 100 días con éxitos en la vacunación masiva. Ahora, en este septiembre, reconocidos comunicadores que lo apoyaron, le demandan el cumplimiento de su más importante oferta electoral. Recurrir a los mecanismos de la democracia directa contemplados en la normatividad jurídica y la tradición política ecuatorianas para abrogar una estructura jurídica aprobada en Montecristi hace más de una década.

Ese entramado jurídico ralentiza la necesaria reactivación económica. Obstruye por burocratización la imprescindible lucha contra la corrupción y la impunidad y retrotrae casi un siglo la justicia penal, con la figura de que alguien puede ser sentenciado en ausencia, contra toda norma del derecho internacional de los derechos humanos.

Este septiembre son varios los pueblos y los gobiernos en las América, que deben recordar las palabras del inmortal Víctor Hugo: “Hay muchos nombres para el futuro. Lo desconocido para los temerosos. Para los valientes es una oportunidad”.