Los talibanes celebraron este miércoles la «libertad» recuperada por Afganistán, en el primer aniversario de la retirada de las tropas extranjeras encabezadas por Estados Unidos tras una fallida intervención de 20 años que dejó un tendal de muertos, heridos y desplazados.

Los nuevos gobernantes, no reconocidos formalmente por otros países, reimpusieron su versión rígida de la ley islámica y dejaron a las mujeres fuera de la vida pública, a pesar de las restricciones y de una creciente crisis humanitaria en un país sumido en una profunda crisis que no avizora solución.

La capital Kabul amaneció con abundantes pancartas en conmemoración de las victorias contra tres imperios, ya que la ex Unión Soviética y Reino Unido también perdieron guerras en Afganistán.

Cientos de banderas blancas de los talibanes con su proclama de fe islámica ondearon en los postes de iluminación y edificios gubernamentales.

«Este día marca el primer aniversario de la liberación del país de la ocupación estadounidense y Dios dio a nuestra nación musulmana esta inmensa libertad y esta victoria», festejó el gobierno en un comunicado citado por la agencia de noticias AFP.

«Tantos muyahidines (combatientes del régimen) resultaron heridos, tantos niños quedaron huérfanos y tantas mujeres quedaron viudas», lamentó el Ejecutivo, que instó a la comunidad internacional a proponer una «política razonable» basada en el diálogo.

En la noche del martes estallaron fuegos artificiales y disparos de celebración sobre el cielo de Kabul.

En la plaza Masud, cerca de la antigua embajada estadounidense, combatientes armados ondeando banderas talibanas coreaban «muerte a Estados Unidos».

Las redes sociales de los talibanes subieron numerosas fotos y videos de soldados jóvenes, muchos luciendo el equipo militar estadounidense abandonado en la apresurada y caótica retirada.

Pese al orgullo talibán, los 38 millones de afganos ahora enfrentan una severa crisis humanitaria, agravada luego de que millones de dólares en reservas fueron congelados y la suspensión de ayuda externa.

Las dificultades para los afganos comunes, en especial las mujeres, aumentó

Los talibanes cerraron las escuelas secundarias para niñas en varias provincias e impiden a las mujeres asumir muchos cargos públicos y también las obligaron a cubrirse totalmente en público.

Ayer, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) alertó que seis millones de afganos están en riesgo de hambruna.

Pero el portavoz gubernamental Zabihullah Mujahid aseguró que hubo «grandes logros» el último año.

«Los afganos ya no están muriendo en una guerra, las fuerzas extranjeras se han retirado y la seguridad mejoró», ponderó.

La salida de las derrotadas tropas occidentales la medianoche del 31 de agosto de 2022 puso fin a la guerra más prolongada de Estados Unidos que comenzó tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.

Unos 66.000 soldados afganos y 48.000 civiles murieron en el conflicto, pero fue el fallecimiento de 2.461 soldados estadounidenses lo que generó una profunda conmoción en la opinión pública norteamericana, que no logró digerir una tragedia que hizo recordar a la sufrida en Vietnam.

También murieron más de 3.500 soldados de otros países de la coalición bélica Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Dos semanas antes del final de la retirada escalonada, los talibanes retomaron el poder tras una ofensiva relámpago contra las fuerzas gubernamentales.