El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva afirmó en Madrid que quiere volver a ser candidato a presidente de Brasil, de cara a las elecciones de octubre del año próximo, pero precisó que lo va a definir «entre febrero y marzo porque hay mucho que decidir».

El líder del Partido de los Trabajadores (PT), de 76 años, participó de un acto del partido de izquierda español Podemos en el marco de una gira por Alemania, Bélgica y Francia y en momentos en que los sondeos los muestran como favorito a ganar los comicios frente al actual mandatario Jair Bolsonaro.}

«Para volver haciendo menos, es mejor no volver», declaró el exmandatario durante un acto celebrado en Casa de América y acompañado por la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, y del exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias.

Lula recuperó todos sus derechos políticos y ahora podrá enfrentarse a Bolsonaro, en las elecciones del año que viene, tras casi dos años de inhabilitación por unas condenas relacionadas con la trama de corrupción Lava Jato, revocadas posteriormente tras decretarse que la justicia fue parcial.

«Yo no puedo hacer menos de lo que he hecho, ese es el desafío que tengo», declaró el líder del PT antes de avisar de que «la situación de Brasil está peor que en 2003», el año en que asumió el poder, en el principio de casi una década de mandato.

Lula agradeció todo el «cariño» recibido durante su inhabilitación como un valor fundamental a la hora de sopesar su posible candidatura.

«Lo que han hecho por mí y por la causa ha sido algo tan noble que me hizo querer volver a ser candidato. Estoy convencido de que es posible recuperar Brasil», manifestó en declaraciones que reproduce la agencia Europa Press.

Sobre el proceso que lo llevó a estar 580 días encarcelado, señaló que como no tenían «nada» para atacarlo construyeron, a través de los medios, la idea de una «pandilla de corrupción» para después condenarlo sin «pruebas» y señaló que si se entregó fue para que no hubiese una foto suya como un «corrupto fugitivo».

«Y un día me soltaron, me fui a mi casa sin tobillera, con la cabeza erguida», concluyó.

El líder del PT se reunió en España con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, después de pasar por Alemania, donde dialogó con el probable futuro canciller Olaf Scholz, Bélgica y Francia, donde fue recibido por el mandatario Emmanuel Macron en el Palacio del Elíseo.