Mientras el gobierno de Nicolás Maduro ratificó que las elecciones presidenciales en Venezuela se realizarán el 22 de abril, los partidos de la oposición todavía no confirmaron si presentarán candidatos, a pesar de haber reclamado históricamente el adelantamiento de los comicios que por calendario electoral deberían celebrarse en diciembre.

La posible negativa tiene que ver con el fracaso de la reunión por el diálogo convocada por el gobierno de República Dominicana y dirigentes internacionales, cuando los representantes de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) se negaron a firmar un documento de seis puntos que en principio estaba acordado y hasta previamente firmado por el gobierno de Maduro. Según confiaron a este diario fuentes del chavismo, el cambio de rumbo se habría producido a partir de un llamado del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, a instancias del gobierno estadounidense, y del intento de imponer que el «Grupo de Lima» (integrado por Argentina Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú y abiertamente antichavista) fuera parte de la veeduría de las elecciones.

«El diálogo entra aquí en una especie de receso indefinido», anunció el presidente dominicano Danilo Medina el miércoles, en una conferencia de prensa junto al expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero y los representantes de los países acompañantes, Bolivia, Chile, Nicaragua y San Vicente y las Granadinas.

Medina explicó que el diálogo se frustró porque Maduro decidió firmar sólo el documento que había sido previamente acordado. Pero la MUD presentó nuevas observaciones y el acuerdo no se suscribió.

«Es increíble que se hayan marchado y se nieguen a recibir el documento», afirmó el jefe de los delegados de la MUD, el diputado Julio Borges. Maduro, por su parte, expresó su vocación de continuar con el diálogo. «Le dije a presidente Danilo Medina, el diálogo sigue abierto, estoy dispuesto a seguir conversando con la oposición venezolana», dijo el jefe de Estado en declaraciones a los medios de comunicación a su llegada al evento de lanzamiento del Movimiento Somos Venezuela como partido político.

Borges aseguró que el texto de la MUD es «una articulación de los derechos», que «no tiene otra cosa que no esté en las leyes venezolanas» y contiene una «enorme diferencia» con el que postulaba el gobierno, al que desafió a no tener «miedo de unas elecciones libres». Luego afirmó desde su cuenta de Twitter que el gobierno «debe quitarse el miedo a perder en las elecciones».

Sin embargo, el propio Rodríguez Zapatero lo desmintió en una carta dirigida a la oposición ese mismo día. «De manera inesperada para mí, el documento no fue suscrito por la representación de la oposición. No valoro las circunstancias y los motivos, pero mi deber es defender la verdad y mi compromiso es no dar por perdido el lograr un compromiso histórico entre venezolanos. Es por ello que le pido, pensando en la paz y la democracia, que su organización suscriba formalmente el acuerdo que le remito, una vez que el gobierno se ha comprometido a respetar escrupulosamente lo acordado», escribió.

«Lo que hizo la oposición de no firmar el acuerdo es un suicidio político. No solamente dijeron que no iban a firmar el acuerdo sino que presentaron uno nuevo desconociendo el trabajo de tanto tiempo, aun cuando en un comienzo habían aceptado la fecha de las elecciones», afirmó la diputada por Patria para todos, partido aliado al oficialismo, Ilenia Medina, y agregó: «De lo que tenemos conciencia absoluta es que la oposición busca asaltar el poder por la fuerza, porque no pueden hacerlo por el voto, y la única manera es con el apoyo de Estados Unidos y la Unión Europea».

Con este panorama, la carrera presidencial, por ahora, pareciera que solamente va a ser un trámite para el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), dado que, hasta aquí, el único candidato al máximo cargo del Poder Ejecutivo será el propio Maduro, quien ya comenzó a trabajar para su campaña. El presidente ha sido un fiel ejecutor de las políticas del partido y ha logrado mantenerse en pie luego de haber atravesado una crisis política y social con manifestaciones violentas en las calles y severos problemas económicos. 

Además de la oposición, Heather Nauert, vocera del Departamento de Estado de los Estados Unidos, expresó su rechazo a la fecha estipulada en la que se realizarán las elecciones y afirmó que «Estados Unidos denuncia la decisión del Consejo Nacional Electoral de Venezuela de adelantar de manera unilateral las elecciones presidenciales sin garantías que aseguren que sean libres, justas y validadas internacionalmente». 

La declaración no es casual. El propio Maduro denunció que Borges se negó a firmar tras recibir «un llamado desde Colombia». Se refería a la presencia coincidente del secretario de Estado de EE UU, Rex Tillerson, en el país vecino. «Santos mandó a llamar a Borges por pedido de Tillerson», afirmaron a Tiempo fuentes del chavismo. Y agregan que la verdadera disputa no era la fecha, como dijo la oposición, sino el hecho de intentar introducir al Grupo de Lima como veedor, que se reunirá pasado mañana para analizar los comicios venezolanos. «Es una entidad que no tiene institucionalidad», advirtieron. En cambio, Maduro aseguró que propondrá una misión de observación electoral internacional «lo más amplia posible». «