El gobierno de Nicolás Maduro acaba de asestar un golpe a los especuladores y fugadores de divisas venezolanas al exterior. Desde ahora y hasta el 4 de junio próximo Venezuela tendrá una nueva moneda circulando, que irá reemplazando a la actual. En realidad, no es la moneda lo que cambia, sino lo que se llama el cono monetario. La unidad seguirá llamándose bolívar –con el agregado «soberano»–, pero perderá tres ceros. Así, 1 bolívar será equivalente a 1000 actuales, una medida análoga a la adoptada en 2007 por Hugo Chávez.

«He tomado la decisión de firmar, anunciar y activar una reconversión monetaria necesaria para la economía venezolana», dijo Maduro en un mensaje desde el palacio presidencial de Miraflores. El presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), Ramón Lobo, destacó luego que la reconversión busca facilitar las transacciones económicas. El proceso traerá alivio a las transacciones cotidianas, donde la elevada inflación y la baja denominación de los billetes actuales forzaba a los venezolanos a cargar enormes paquetes para cualquier compra ordinaria, teniendo en cuenta que el billete más utilizado es el de 100 bolívares y los costos de cualquier producto de supermercado pueden superar los 10 mil.

Sin embargo, el mayor impacto que busca Maduro con esta medida es desbaratar el sistema de fuga de divisas detectado mayormente hacia Colombia, estimado en unos 2000 millones de billetes de 100, guardados o retenidos en el exterior. Se trata de una maniobra especulativa que se favorece con el cambio del otro lado de la frontera y con la compra-venta a venezolanos que cruzan al país vecino. También como circulante en negro para transacciones dentro del territorio colombiano. Algunos analistas, incluso, atribuyen al gobierno de Colombia la intención de intervenir en esta maniobra, como afirman varios autores en el sitio chavista crítico aporrea.org. No es el único país. El año pasado se incautaron 30 toneladas de billetes venezolanos en una vivienda de comerciantes en una localidad paraguaya. Todo esto produce una desestabilización en la moneda bolivariana y su consecuente impacto en la gravísima inflación, que el año pasado habría superado el 1700% según estimaciones privadas.

Ahora, después del 4 de junio, los billetes viejos no tendrán validez y todos los que los posean deberán reintroducirlos al mercado o bancarizarlos, es decir, volcarlos en la economía local. El gobierno es optimista y cree que el problema puede empezar a resolverse con esta medida. «Estos pasos hay que darlos, tenemos que partir de la premisa de que va a funcionar», se entusiasmó ante Tiempo el embajador venezolano en la Argentina, Carlos Martínez Mendoza. «El hecho de que estos billetes aparezcan de nuevo va a ayudar a bajar la inflación», confió.

«Estamos frente un proceso inflacionario que obedece a circunstancias de agresión económica a Venezuela. Por ello tomamos acciones para enfrentar a esos ataques», aseguró a su vez el titular del Banco Central.

El anuncio se realizó el jueves por la noche, horas antes de que se habilitara la compra directa del Petro, la criptomoneda con respaldo en las reservas de crudo, «más de 5000 millones de barriles», según el gobierno de Maduro, con el que apuestan a «romper las amarras del dólar». Desde el viernes pasado, personas físicas y jurídicas pueden comprar divisas para transacciones digitales en la página . Según el gobierno, la preventa había sumado ofertas por más de 5 millones de dólares provenientes de 133 países. Con el petro, las empresas exportadoras privadas podrán entregar y pagar los impuestos y resultados de sus exportaciones, y a partir del 20 de abril se podrá usar también para compraventa de inmuebles.

El próximo paso del chavismo será poner en circulación el petro-oro, según Maduro una ampliación del petro con respaldo en las reservas auríferas del país. «He ido creando una nueva modalidad para que el pueblo pueda guardar sus ahorros con nuevos sistemas, que alcance al pequeño, al mediano y al grande», dijo el presidente chavista.

Para Lobo, el lanzamiento del petro y la nueva moneda permitirán «fortalecer la unidad monetaria». El BCV, que preside, se reunirá en las próximas horas con la banca pública y privada para acordar el proceso de adecuación tecnológica, al igual que con las empresas que gravitan en la economía nacional.  «

El petro, entre EE UU y Rusia

El petro tuvo un debut desafortunado con el gobierno de Donald Trump, quien había decretado la prohibición de realizar cualquier tipo de transacción con esa moneda. 

Estados Unidos ha implementado cuantiosas sanciones económicas contra Venezuela y muchos de sus funcionarios, y la circulación de esta criptomoneda podría significar una posibilidad de eludir estas multas. 

Recientemente, el gobierno de Rusia aclaró que no está detrás de la medida monetaria de Maduro, a pesar de que una investigación de la revista estadounidense Time asegura que Rusia ayudó en secreto a Venezuela a lanzarla con el objetivo de que tanto Moscú como Caracas puedan evadir las sanciones que Washington ha impuesto a ambos países.

El portavoz adjunto del Ministerio de Exteriores de Rusia, Artiom Kozhin, afirmó el fin de semana que «las autoridades financieras rusas no participaron en modo alguno en este proyecto». El representante diplomático calificó de «pseudoinvestigación» la publicación de Time.