Desde enero de 2014 murieron y desaparecieron 28.052 personas mientras intentaban alcanzar otros países a través de las principales rutas migratorias del mundo. Los años 2015 y 2016 fueron los más trágicos con 8803 muertes, según los datos de Missing Migrants Project (Proyecto de Migrantes Desaparecidos) de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)

Aunque desde 2017 se produjo un significativo descenso del flujo, el Mar Meditarráneo continúa siendo la gran fosa común de los migrantes que buscan escapar de sus países en guerra o en crisis de hambruna hacia destinos donde puedan tener alguna posibilidad de sobrevivir, tragándose 16.838 cuerpos desde 2014. En lo que va de 2018, dos tercios de los migrantes de todo el mundo se ahogaron o desaparecieron en las aguas del mar que baña las costas de Europa, África y Asia. 

Esta ruta, además de ser la más transitada, es la que presenta las cifras más elevadas de muertes en comparación con las del resto del mundo. La ruta presenta diferentes travesías que cruzan la zona central del Mediterráneo (Italia), la parte oriental (Grecia y Chipre) y la occidental (España).

La ruta que realizaron los botes o barcazas cargados de personas corresponde a la del Mediterráneo Central, que tiene su origen en el Cuerno de África, Túnez o Libia, y los destinos principales son las costas de Sicilia, la isla de Lampedusa o Malta. De las tres travesías del Mediterráneo, esta es donde un mayor número de migrantes perdió la vida. Según datos de Missing Migrants Project, desde 2014 hasta el 19 de julio de 2018 se tiene constancia de 14.630 muertes, de las cuales 4581 corresponden a 2016. Con unas cifras menores se encuentra la ruta del Mediterráneo Oriental, donde en el mismo período de tiempo murieron 1477 personas, siendo 2015 el año más mortífero. Los migrantes que viajan por esta travesía, entre Turquía y Grecia, suelen ser refugiados que huyen de la guerra de Siria.

El Estrecho de Gibraltar es un punto principal en la ruta del Mediterráneo Occidental. Los migrantes que hacen esta travesía marítima llegan hasta diferentes puntos de la costa española, pero también de la costa francesa.

El continente africano tiene tres principales puntos de origen desde los cuales comienzan las rutas migratorias. Los migrantes que salen de África del Norte realizan la ruta del Mediterráneo. En su mayoría provienen de Libia, pero también inician la travesía desde Marruecos, Túnez o Argelia. Dentro de la trágica situación y la alta mortalidad, los datos referentes a este concepto son menores que los registrados en la frontera de México con Estados Unidos.

A través de la ruta migratoria de Oriente Medio, desde 2014 a 2018 murieron 482 personas mientras realizaban la travesía desde países como Siria, Irán o Irak. Los migrantes se dirigen hacia Turquía para cruzarla y llegar al sureste de Europa. La mayoría perdió la vida en accidentes de vehículo y alcanzados por disparos.

También en el transcurso de 2014 a 2018 se sucedieron movimientos migratorios en América del Sur, Caribe y América Central, en donde, por orden de mención, se produjo un menor flujo migratorio pero un porcentaje de mortalidad mayor. Según la OIM, la mayoría de los migrantes de América del Sur son procedentes de los países andinos y se dirigen a Brasil, Chile o Argentina. En otros casos, su destino es Estados Unidos, Canadá, Italia o España.

La ruta que atraviesa el Caribe tiene mayor afluencia migratoria con respecto a la anterior. Missing Migrants Project estima que fueron 636 las personas que viajaron a través de ella en los últimos cuatro años, mientras que 251 murieron en el mismo período de tiempo. Algunos de los migrantes se dirigen hacia América Central mientras que otros van desde Haití a República Dominicana. La ruta de la frontera de México con EE UU es una de las más mortíferas en relación al flujo migratorio registrado. Desde 2014 hasta 2018, la cifra de muertes y desapariciones estimada es de 1619. Entre las causas de muerte de las que se tiene constancia, la más numerosa fue por ahogamiento, al igual que en el Mediterráneo.