Moscú se preparaba para celebrar el 7 de noviembre, centenario de la Revolución Bolchevique, con la misma ambigüedad con que viene respondiendo a los reclamos de militantes y simpatizantes de todo el mundo que se acercaron a la capital rusa para recordar una fecha clave para la historia de la humanidad, pero con el renovado temor a que cualquier incidente termine por aguar las fiestas preparadas.

Este lunes fue feriado por el Día de la Unidad Nacional y el martes, la fecha en que los soviets tomaron el Palacio de Invierno en San Petersburgo hace cien años, habrá una marcha militar en la Plaza Roja. Pero será en homenaje a la marcha que se realizó el 7 de noviembre de 1941, cuando los nazis estaban a las puertas de la capital de la Unión Soviética y las tropas desfilaron, si, pero en homenaje al triunfo del socialismo, y luego volvieron al campo de batalla.

Se lo considera un desafío a los alemanes y una muestra al mundo del temple del soldado ruso ante semejante peligro para la nación. El desfile será una recreación con vestimenta de época para la cual ya estuvieron ensayando los soldados convocados por las autoridades (ver foto). Pero no será feriado.

Este lunes se lleva a cabo un festival de música y luces en la histórica plaza frente al Kremlin. Como se dijo, no fue un día laborable, pero porque el día tomado ahora como recordatorio de algo que uniera a los rusos fue el sábado (en este caso, se conmemora el levantamiento popular que expulsó a los polacos del 4 de noviembre de 1612). Se hizo un feriado puente que cayó justito para competir con el día de la revolución.

Por lo demás, también estas fechas y la posibilidad de incidentes preocupan al gobierno de Vladimir Putin, que puso todas las fichas a la realización del Mundial de Fútbol de 2018 y teme atentados como los que en los últimos meses causó 16 muertos en una estación del metro de San Petersburgo, reivindicado por Estado Islámico, el grupo al que el sirio Bachar al Assad viene derrotando con ayuda de Rusia.

Este sábado el combinado local juega un amistoso con Argentina y el temor se acrecienta por la presencia de Lionel Messi, señalado como objetivo por el grupo terrorista. Por la mañana, Tiempo pudo comprobar el amplio despliegue de policías en torno de la Plaza Roja (ver foto) y la instalación de equipos de detección de metales y scaners de bolsos.

Paralelo al desfile oficial celebrando la marcha que celebraba la revolución, valga la redundancia, se realizó un foro internacional de fuerzas de izquierda en Moscù y el líder del Partido Comunista ruso, Guennadi Ziuganov, indicó a la prensa que también desfilarán, en homenaje a Lenin y la Revolución de Octubre junto con dirigentes, militantes y simpatizantes de más de 130 delegaciones de 85 países, entre ellos la Argentina.

“Expresaron su deseo de participar pesa al frío y les compramos especialmente ropa de abrigo para que quienes vinieron de otras latitudes no se congelen”, dijo el secretario del PCR. Las temperaturas estaban cerca de 0 por la mañana, pero con una brisa fría que calaba los huesos.

La propuesta es partir de la plaza Pushkin hasta la Plaza Roja donde habrá un gran mitin con participación pública de quienes se hallen presentes. Viene a cuento decir que hay turistas de todo el planeta que acudieron a ver algún tipo de actos y realmente lo tendrán. Habrá que ver si captan de qué se trata.

En cuanto a las medidas de seguridad, se ven tropas policiales por todos los rincones del centro moscovita y se nota un cierto nerviosismo en los agentes. Se los ve muy celosos al acercarse a grupos en actitud que entienden como sospechosa, hay detectores de metales y controles en los ingresos de todas las estaciones del subterráneo y los edificios públicos.

No solo los yihadistas de EI son un peligro potencial para las autoridades. Rusia viene padeciendo las consecuencias de su incursión en Chechenia desde hace 20 años y la sospecha de que puedan aprovechar los festejos de este martes, el partido del sábado y el mundial del año que viene son grandes.

Según el gobierno de Putin, mediante información del servicio secreto, FSB (heredero de la KGB) hay unos 2900 yihadistas rusos originarios en su mayoría de las repúblicas musulmanas del Cäucaso.