México

México se prepara para dar un giro a la relación bilateral existente con Estados Unidos con la llegada de Donald Trump al gobierno, particularmente en el área comercial, coinciden expertos y empresarios.

Trump, que ha prometido lo mejor para sus ciudadanos, al mismo tiempo pone en jaque a países como México por su defensa al proteccionismo comercial pero además por querer deportar a unos 3 millones de indocumentados y obligar a los mexicanos a pagar un gran muro para separar mejor la frontera común.

El ahora político estadounidense «ofrece un escenario para México de otro nivel pero todo se enfoca a un margen negativo y perjudicial», dijo en entrevista a Xinhua el internacionalista Jesús Gallegos al tiempo de afirmar que ante ello, «se habrán de establecer diversas negociaciones de manera abierta, seria y completa en temas políticos, migratorios, comerciales y económicos.

De acuerdo con el académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el país latinoamericano tiene «muchas ventajas que debe aprovechar» al aclarar que en Estados Unidos empiezan «nuevos ciclos en términos administrativos no necesariamente en la relación bilateral».

En su primera conferencia como presidente electo, la semana pasada, Trump insistió en su idea de construir el muro fronterizo y dejó entrever sus intenciones de cambiar las reglas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA por sus siglas en inglés, integrado por México, EE UU y Canadá), que desde hace tiempo considera ventajoso para los mexicanos y no para los norteamericanos.

En ese sentido, el erudito de la UNAM reconoció que para que el NAFTA sea modificado o desmontado, al menos tardará año y medio, lapso en el que, dijo, México tiene tiempo para jugar sus mejores cartas a través de la utilización de instrumentos existentes y «hacer un ejercicio más pragmático pues falta un pragmatismo político, económico, social integrado y no solo de uno o del otro lado».

La idea de echar abajo el NAFTA traería desventajas ya que las operaciones comerciales y exportaciones van a seguir pero los costos van a subir mucho y la competitividad de los tres países van a bajar y todos perderían, según un estudio del centro de investigación Wilson Center.

Para el catedrático mexicano de la Universidad Anáhuac, Arnulfo R. Gómez, la llegada al poder de Trump aunque «en un principio parece negativa, hay un lado muy positivo que señalar, pues ahora México debe pensar en una estrategia con programas y políticas públicas realistas que se inscriban en un verdadero proyecto nacional de desarrollo y, menos en uno regional».

A su vez, Sam Lobo, responsable de Asuntos Internacionales de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), reconoció que los «problemas son sinónimo de oportunidades».

En declaraciones a esta agencia informativa, aclaró que «es imposible» romper las relaciones existentes entre México y Estados Unidos pero también enfatizó que es tiempo de «dialogar y buscar sinergias a manera de que se puedan beneficiar ambos».

«Es muy simple, no se puede negociar en términos desiguales», aseveró.

En coincidencia con el académico Gallegos, apuntó que México tiene también «la oportunidad de buscar nuevos socios comerciales con amigos que se tienen en la región de la Cuenca del Pacífico y con China, específicamente.

«Los empresarios mexicanos estamos dispuestos y abiertos para hablar con Trump pero también explorar nuevos negocios, abrirse a nuevas oportunidades a contar con nuevos amigos y crear también sinergias», apuntó Lobo al ejemplificar que con China «se podría lograr una mejor sinergia y hacer negocio en los productos diferentes como el agroalimentario, del sector del vestido, mano de obra mexicana e inclusive tecnología».

En ese sentido, Gallegos añadió que tanto el gigante asiático como México se pueden beneficiar por su situación geográfica.

Trump, quien asumirá el poder de la Casa Blanca el próximo viernes, en las últimas semanas ha ejercido presiones contra las automotrices de su país y otras que operan en México a fin de que se mantengan sus inversiones en Estados Unidos.

«Los ajustes y los cambios desestabilizan y afectan a mucha gente pero también se traducen en oportunidades. Muchas automotrices se quedan en México pese a esas amenazas y sí se va una llegan tres», explicó a Xinhua Lobo quien insistió en que todo ello creará nuevas rutas de negocio a México y que la clave será «no desacelerar».

El profesor y columnista del diario mexicano Excelsior, Enrique Villareal, en una entrevista por separado, aseguró que el muro que desea levantar Trump será difícil que pague México, al tiempo que dijo que la deportación masiva de indocumentados tendrá que analizarse y «estar preparados» pero será también un costo alto para el gobierno estadounidense.

Mientras tanto, el representante del partido republicano estadounidense en México, Larry Rubin, negó este lunes que la administración del gobierno de Donald Trump sea una amenaza para los mexicanos, más bien, dijo, será una oportunidad.

Para el presidente de la American Society of Mexico y quien se perfila como próximo embajador de Estados Unidos en este país latinoamericano, México, al igual que los demás países, deberá de acostumbrarse a la nueva forma de hacer política del republicano Trump.

En tanto el Fondo Monetario Internacional redujo en 0,6% el desempeño económico de México para este año y el próximo debido a los «vientos en contra más fuertes» que enfrenta a raíz de la incertidumbre por las políticas económicas que podrían ser adoptadas por Trump en Estados Unidos.