Estados Unidos volvió a vivir otro día de espanto luego de que una persona desatara un tiroteo en las adyacencias de la comisaría de Baton Rouge, Louisiana, que acabó con la vida de tres oficiales de la policía y que dejó a otros tres heridos. El único sospechoso fue abatido. A principio de mes, en la misma ciudad, se había registrado el asesinato de un ciudadano negro por parte de las fuerzas de seguridad.

En conferencia de prensa, el jefe de Policía de Baton Rouge, Carl Dabadie, informó que tres agentes fallecieron y tres fueron heridos, uno en estado crítico, luego de enfrentarse a un atacante con un rifle de asalto. Según las autoridades, la situación está contenida.

El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, pidió “que no haya errores, que se haga justicia” y que “si bien no sabemos claramente los motivos del ataque, son la obra de cobardes que no hablan por nadie. Estos ataques tienen que parar”.

Este tiroteo contra policías tuvo lugar dos días después del entierro de Alton Sterling, un hombre negro de 37 años que murió a manos de dos agentes blancos.