Como vicepresidente de la Generalitat de Cataluña, Oriol Junqueras uno de los firmantes la declaración unilateral de la Independencia, el 27 de octubre de 2017. Preso bajo cargos de rebelión, malversación y sedición, fue condenado a 13 años de prisión en 2019 y quedó en libertad en junio de 2021 tras un indulto del gobierno de Pedro Sánchez, aunque sigue inhabilitado hasta 2031. De esas cuestiones y del impacto que le causan los enfrentamientos en el discurso político argentino habla en esta charla con Tiempo durante su reciente visita a Buenos Aires. “Desde una cierta perspectiva europea, sorprende un poco este discurso tan duro entre distintas partes de la sociedad argentina. No solo de los principales espacios políticos sino también en los medios de comunicación. Tengo la sensación de que hay medios muy alineados. Tal vez sucede en otros países…», dice.

-El macrismo copia los estilos del Partido Popular y los libertarios de Vox. Cuando uno ve sobre todo la efusión con que pronuncian esos discursos, sospecha que se copian de España.

-Es posible que cada uno vea más cuando mira lejos que cuando mira cerca.

-Eso de ver la paja en el ojo ajeno…

-…y no ver la viga en el propio. Es posible. Esta tendencia a discursos más crispados, más enfrentados, también se produce en muchos otros lugares. Es posible que también sea fruto de que las sociedades occidentales se enfrentan a retos que superan con mucho las capacidades de los estados. Enfrentarse a las consecuencias del cambio climático, la crisis energética, la inflación, a veces supera la capacidad de los Estados. Y cuando partes de la sociedad fijan su mirada en el sector público a la búsqueda de soluciones a sus problemas cotidianos y los estados no disponen de las herramientas, produce decepción, frustración, que a veces conlleva que una parte de la sociedad abrace propuestas de carácter muy simplista que aún contribuirán menos a resolver nada.

-En el momento de mayor auge del proceso independentista la sociedad catalana estaba en esa instancia y muchos temieron situaciones de extrema violencia.

-La violencia fue claramente un monopolio del gobierno español, golpeando a los votantes, metiendo en la cárcel a los opositores, enviándolos al exilio y protagonizando una persecución económica contra los bienes, o con inhabilitaciones que nos prohíben hacer nuestro trabajo. En mi caso, soy profesor universitario pero me prohíben durante 13 años dar clases por el riesgo de que contagie a los alumnos universitarios un espíritu rebelde o sedicioso. Es cierto, no hay presos políticos en las cárceles españolas, pero el resto de la represión continúa: procesos judiciales contra 4000 personas, muchos de los cuales podrían acabar encarcelados, continúa la represión económica, laboral. Pero la sociedad catalana afortunadamente dispone de consensos muy amplios sobre cuestiones muy importantes. Más del 80% en las encuestas insiste en cuestiones como el fin de la represión, la necesidad de una negociación política sincera, el derecho al voto de la ciudadanía para poder decidir el futuro de nuestro país. También grandes consensos en el ámbito económico 

-¿Cuáles serían?

-Uno enorme en que la nuestra es una economía de carácter industrial, tecnológica, que los puestos de trabajo en el sector industrial son los más estables, con mejores remuneraciones, con trabajadores cualificados. Somos un país con dificultades, pero con una economía dinámica, con gran capacidad en las exportaciones, un fuertísimo superávit en la balanza comercial, muy potente en el ámbito universitario, centros de investigación que en algunos casos son punteros a nivel mundial en medicina, biomedicina, farmacia, fotónica, la cuántica y startups tecnológicas.

-¿Como sería un arreglo negociado con Madrid?

-Estamos dispuestos a negociar el cuándo, el cómo, pero no renunciamos a nuestro objetivo de que democráticamente podamos decidir nuestro futuro. Nos parece que nos avala la tesis de la Corte de Canadá: un posible tercer referéndum de autodeterminación del Quebec afirmó que cuando una sociedad se manifiesta de manera democrática, cívica, pacífica y reiterada en un determinado sentido, es obligación encontrar las soluciones necesarias para que dicha voluntad pueda realizarse.

-Un referéndum que gane por un voto daría la impresión de que no tiene solidez.

-Por eso estamos dispuestos a negociar el cuándo y el cómo. Hay antecedentes como los acuerdos sobre el referéndum que avaló Europa y la OTAN en el caso de Kosovo o Montenegro, estableciendo un mínimo de 55% de participación, más de un 50% de votos favorables. Son cuestiones negociables. Desde Izquierda Republicana de Cataluña siempre explicamos que queremos ser más, para ser más fuertes en términos democráticos y queremos construir propuestas dirigidas al conjunto de nuestra sociedad.

-Estuvo con Abuelas de Plaza de Mayo y les habló de su voluntad de compartir estrategias internacionales en la lucha contra la persecución política ¿Cuáles serían?

-De entrada, nos gustaría compartir una estrategia comunicativa, política y jurídica contra la represión de cualquier propuesta democrática. Entendernos y construir ese discurso con quien es apartado o perseguido políticamente en Brasil, en Colombia. Es el caso de Lula, y Dilma Rousseff; en Colombia de Gustavo Petro cuando fue apartado como alcalde de Bogotá temporalmente.

-En Argentina está el caso de Milagro Sala, militante social detenida en Jujuy desde 2016 y no sabemos qué puede pasar con la vicepresidenta.

-Hay cuestiones muy relevantes y desde nuestro punto de vista es importante distinguir la represión de carácter político de la persecución judicial legítima de la corrupción. Aquí hay matices de carácter interpretativo. En nuestro caso fuimos encarcelados por el simple hecho de convocar y realizar un referéndum. Seguro que habrá casos que muy claros y otros que no son tan nítidos.

-A usted lo han acusado de malversación.

-De una malversación pensada, que nunca existió, que consistía en haber financiado el referéndum con dinero público. No sucedió. Somos un partido político con 92 años de historia, con ningún caso de corrupción. Nos sentimos muy orgullosos. Nunca hemos tenido la simpatía de algunos de los poderes del estado y no les faltaron ganas de intentar encontrar algún caso de delito…

-En América Latina se conoce el concepto de lawfare para causas armadas sin pruebas para condenar a alguien, al menos mediáticamente.

-En Cataluña este concepto se utiliza poco, casi nada., No me gustaría entrar en una discusión de carácter semántico.

-A Lula se lo acusó de la compra irregular de un departamento.

-Por eso, para evitar que un posicionamiento pudiera ser manchado por aquellos que no quieren que exista es importante explicar que somos un partido con 92 años y ningún caso de corrupción y que nuestra condena ha sido cuestionada no solo por organismos internacionales muy relevantes sino por un tercio de los magistrados del tribunal constitucional español.

-¿Que puede cambiar con la modificación que impulsa el gobierno español sobre el delito de sedición?

-Cuando el Comité de DDHH de la ONU adoptó una resolución sobre nuestros casos, estableció un plazo de 180 días para que el gobierno tomara las medidas necesarias para evitar que este tipo de situaciones se repitan. En gran medida el gobierno intenta adaptar su marco legislativo al internacional, por lo tanto en este punto es muy probable que acabemos coincidiendo si la voluntad del gobierno español es sincera.

-¿Desconfían?

-Hay muchos motivos para la desconfianza pero eso no significa que no se pueda superar si hay una voluntad sincera. Es importante recordar que en el caso de Cataluña la represión no apareció en los últimos años. Muchos de mis ancestros sufrieron acusaciones similares, de sedición, de rebelión, y cuando la respuesta que un estado ofrece a una sociedad, generación tras generación, es solo la represiva, significa que en términos democráticos queda un largo camino por recorrer.