Estados Unidos está convulsionado. Cuando se suponía que se estaban realizando los pasos necesarios para el traspaso de mando, esta tarde partidarios de Donald Trump intentaron tomar por asalto el Capitolio, en Wáshington.

Estos actos de gran violencia, obligaron a que el propio  Congreso de Estados Unidos debiera suspender de emergencia una sesión destinada a certificar la victoria electoral de Joe Biden.

Los enfrentamientos entre los partidarios del actual presidente y lapolicía se recrudecen minuto a minuto dentro del propio edificio.

El congresista Jim McGovern declaró «sin objeciones» el receso, golpeando el mazo mientras se escuchaban fuertes gritos y disturbios en las galerías públicas.

Funcionarios del Capitolio declararon un cierre de las instalaciones, y legisladores dijeron en Twitter que se estaban refugiando en sus oficinas, mientras se veía a los manifestantes, algunos de ellos con banderas de Trump, caminando por el edificio.

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Las quejas republicanas

Sin embargo, al poco de empezar, decenas de legisladores republicanos objetaron los votos del Colegio Electoral del estado de Arizona, lo que obligó a que cada cámara sesione por separado y empiece un debate largo, en el que aunque los aliados de Trump no tienen los votos, retrasará por horas la certificación.

El argumento utilizado por los republicanos en el caso de Arizona es que el resultado electoral, que definió los votos del Colegio Electoral, debió ser certificado por el Poder Legislativo del estado, no el Poder Ejecutivo, pese a que eso no aparece en la Constitución local ni fue un reclamo en elecciones presidenciales anteriores.

«Los estadounidenses sabían desde el principio, de manera instintiva, que algo estaba mal con estas elecciones. El tipo que no salió casi de su casa desde que ganó las elecciones,¿cómo puede ser?», reclamó el congresista republicano Jim Jordan, quien dio como otro argumento que más gente fue a los actos electorales de Trump que a los de Biden.

Las razones demócratas

Desde la bancada demócrata, el discurso fue igual de encendido. «Si el Congreso elige al nuevo presidente, entonces no necesitamos un Colegio Electoral ni mucho menos elecciones presidenciales», sentenció la congresista Zoe Lofgren al resumir el rechazo de su partido.

En el Senado, en tanto, la pulseada era aún más dramática ya que el líder de la bancada republicana le pedía a sus correligionarios que aceptaran el resultado y abandonaran las objeciones.

“Si revertimos la decisión de los votantes, eso dañará a la República para siempre”, aseguró el dirigente republicano más poderoso en el Congreso, Mitch McConnell, que por estas horas se juega su rol como líder de la mayoría, si su partido pierde el segundo balotaje en Georgia y el control de la cámara alta federal. La certificación del Congreso de los votos de cada estado en el Colegio Electoral, el órgano que elige formalmente al inquilino de la Casa Blanca, suele ser una formalidad en Estados Unidos.

Sin embargo, Trump, quien sigue insistiendo con que existió un «fraude electoral» aunque no presentó pruebas creíbles a la Justicia, estuvo presionando a Pence para que anule la victoria de Biden, al afirmar falsamente que tiene la autoridad para descartar los votos a favor del demócrata.

«¡Hacelo Mike, es tiempo de tener un coraje extremo!», tuiteó Trump y su vicepresidente le respondió con un breve comunicado en el que explicó que no tenía «la autoridad unilateral» para rechazar los votos emitidos en diciembre por el Colegio Electoral.