El presidente de Chile, Sebastián Piñera removió a ocho ministros, incluido el cuestionado titular de Interior, Andrés Chadwick, a la vez que integró a su gabinete a una nueva generación de políticos en un intento por acallar la crisis. Claro que mientras el mandatario anunciaba los cambios – el mayor en sus 20 meses de gobierno- un millar de personas se enfrentaron con la policía delante del palacio presidencial de La Moneda, en el centro de Santiago.

«No hay ningún cambio efectivo que provoque que el pueblo pueda cambiar su opinión al respecto. El gabinete tendría que haber sido un gabinete que tuviera un poco más de calle», dice a AFP Mario Muñoz, administrador público, de 41 años, que protestaba en las afueras de la casa de gobierno. «Es como una silla musical; los mismos que entran y salen», critica por su lado Boris Vidal, un periodista de 50 años, en medio de la protesta, dispersada por la policía con chorros de agua y gas lacrimógenos.

Los incidentes, que se concentraron en el centro de Santiago y se repitieron en las ciudades de Valparaíso y Concepción, empezaron a la hora en que el presidente Sebastián Piñera anunciaba un nuevo gabinete y la tensión fue aumentando durante la tarde.

«Chile no es el mismo que el que teníamos hace un par de semanas atrás. Chile cambió y el gobierno también tiene que cambiar y enfrentar estos nuevos desafíos y estos nuevos tiempos», repitió en la juramentación de los nuevos ministros Piñera, remecido por el desplome de su popularidad a un 14%.

El presidente nombró a Gonzalo Blumel como titular de la cartera de Interior. De 41 años y exsecretario general de la Presidencia, reemplaza al cuestionado Andrés Chadwick, primo del mandatario, miembro de su círculo más cercano y quien lo acompañaba desde su primer gobierno (2010-2014). «Es alguien que se caracteriza por ser bastante dialogante», afirmó el presidente del opositor Partido Demócrata Cristiano, Fuad Chahín. En Hacienda estará Ignacio Briones, exdecano de la escuela de gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez, que a sus 46 años reemplaza a Felipe Larraín, cuestionado por su recomendación «a los románticos» de comprar flores cuando en septiembre no se registró inflación y bajó su precio. La exintendenta de Santiago, la médica Karla Rubilar (42) asumió como vocera del Ejecutivo, en reemplazo de Cecilia Pérez, quien pasó a la cartera de Deportes.

Pero Piñera mantuvo en su cargo al ministro de Defensa, Alberto Espina, cuestionado por la actuación de las fuerzas armadas durante el estado de emergencia que rigió hasta el domingo. Tampoco reemplazó a la ministra de Transporte, Gloria Hutt -rechazada por afirmar que no era posible bajar las tarifas del metro- y a la ministra de Educación, Marcela Cubillo, en una pulseada permanente con el movimiento estudiantil, a la cabeza de las actuales protestas.

Las edades de los ocho nuevos ministros fluctúan entre los 30 y los 46 años y en su mayoría forman parte del ala más liberal de la derecha gobernante, parte de una nueva generación de políticos, con visiones mucho más sociales, de acuerdo a analistas.

Los cambios ocurren mientras continúan los llamados a protestas en Chile y se espera el arribo de una misión de la ONU para verificar denuncias de violaciones a los derechos humanos en el marco del estallido social, mientras los militares abandonaban lentamente las calles y las principales cuidades intentaban retormar sus actividades cotidianas.