El 13 de diciembre Donald Trump, presidente electo de los Estados Unidos, designó a Rex Wayne Tillerson como futuro secretario de Estado.
Tillerson, de 64 años es un ingeniero y empresario que desde hace décadas está vinculado al negocio petrolero y desde 2006 se desempeña como director ejecutivo del gigante Exxon mobil.

Tillerson está muy bien vinculado con el presidente ruso, Vladimir Putin, quien en 2013 lo condecoró con la Orden de la Amistad.
Sin embargo, el analista político moscovita Yevgueni Mínchenko advirtió que sería su mamente ingenuo ver a Tillerson como un político pro-ruso que tratará de hacer la paz a pesar de la voluntad de la Casa Blanca. «Hasta ahora, Tillerson solo está haciendo declaraciones, las cuales pueden diferir considerablemente de la línea política real, que no será la misma que la de la Administración anterior», dijo Mínchenko.

Esto quedó evidenciado esta semana cuando Tillerson consideró que Rusia “presenta un peligro” para Washington. “Aunque Rusia busca respeto y relevancia en el escenario mundial, sus recientes actividades no han respetado los intereses de Estados Unidos”, sostuvo el futuro canciller.
Además criticó el proceso de acercamiento a Cuba bajo el Gobierno de Barack Obama, ya que consideró que no fue acompañado “por ninguna concesión significativa en cuanto a derechos humanos” por parte de Raúl Castro.

Por otra parte, durante la misma audiencia de confirmación en el Senado de Estados Unidos, el futuro funcionario afirmó que bloquearía el acceso de China a las islas artificiales de la China Meridional en el Pacífico sin precisar cómo lo haría.
“Vamos a tener que mandar a China una señal clara de que, primero, se ha acabado la construcción de islas y, segundo, tampoco tu acceso a esas islas se va a permitir”, advirtió.