El choque entre el Estado español y Catalunya sigue su marcha sin que ninguna de las partes se detenga ni a reponer fuerzas.

Por el lado español, el gobierno de Mariano Rajoy ha recibido los apoyos sin atenuantes del partido liberal de derechas «Ciudadanos» y del histórico PSOE.

Rajoy tiene también problemas en el frente interno, por las públicas y notorias divisiones con el sector de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, quien intentó enviar el ejército con la excusa del atentado.   

Algunos medios de comunicación han difundido el texto del documento legal del Tribunal constitucional español, en que acepta a la presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, como parte en las actuaciones y por lo tanto deberá llamarla a declarar.

Esto puede tardar mucho más tiempo que las tres semanas que faltan para el referéndum, por lo tanto, la «ejecutoria» de la querella que podría frenar el referéndum, está congelada.

La reforma de este tribunal realizada por el PP no ha funcionado. Estos jueces, por más derechistas que sean, no quieren arriesgarse a un juicio por prevaricar y poner su cabeza en tribunales europeos. Es un conflicto semejante al que hubo con la Corte Suprema argentina por el «Per saltum».

El Boletin Oficial es la forma en que una ley entra en vigor. Por eso los partidos del NO en Catalunya intentaron con estratagemas de forma, impedir la sanción de la convocatoria del referéndum y más importante aún, la Ley de Transitoriedad que es la base de la Constitución de la república catalana. Ya están publicadas y en marcha las directivas, como la designación de la Sindicatura electoral para el 1º de octubre. Carles Puigdemont no se detiene.

¿Por qué Rajoy no puede? El gobierno da órdenes, amenaza, miente financiando medios de comunicación, realiza una querella tras otra, envía la Guardia Civil a allanar imprentas y periódicos, y Puigdemont con su gobierno y millones de personas que lo apoyan continua alegre y sonriente, camino del referéndum, que nadie duda que se ganará. 

Negociación imposible: los periodistas extranjeros preguntan una y otra vez, ¿cómo es que Madrid no busca una negociación? Si el PP negocia con Puigdemont, los denominados barones de su partido, fogoneados por José María Aznar, el archienemigo del actual presidente, lo obligarían a renunciar, incluso aliándose al PSOE para una moción de censura.

Esto sucede porque las regiones que gobiernan el PP dependen de la economía del Estado y saben que la independencia de Catalunya dejará a España en bancarrota, de modo que si hay que gestionar la crisis post referéndum, será indispensable tener la cabeza de Rajoy en una bandeja. «