Siguen los chisporrotoes entre oficialismo y oposición en Venezuela. Mientras el gobierno de Nicolás Maduro se muestra confiado en que el diálogo iniciado a instancias del papa Francisco, los sectores antichavistas intentan desmerecer la posibilidad de pacificar al país.

La oposición, en este contexto, acusó al gobierno de haber congelado el diálogo entre ambos sectores al no asistir el miércoles a dos reuniones programadas. De inmediato el presidente Maduro lo negó, mientras que el ex mandatario español José Luis Rodríguez Zapatero, facilitador de las conversaciones, aseguró que no hubo cambio y que el proceso pacificador mantiene su «vigencia».

«Puedo confirmar que el gobierno, de manera irresponsable, congeló el proceso de diálogo al dejar de asistir a dos reuniones de la comisiones técnicas convocadas para anoche», afirmó el secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) opositora, Jesús «Chúo» Torrealba.

El dirigente advirtió además que «si el gobierno no cumple los acuerdos hablados en la mesa, la MUD va a revisar los términos de su participación en ese espacio, porque esa no es una mesa para declamar acuerdos sino para concretarlos y cumplirlos», y «el gobierno no ha cumplido».

En tanto, el ex candidato presidencial opositor Henrique Capriles le dijo a los periodistas que recibió la confirmación de que el gobierno resolvió abandonar el diálogo de parte de los ex presidentes que actúan como facilitadores de las conversaciones, aunque admitió que no había hablado con ellos, según la agencia EFE.

Capriles siguió con su línea argumentativa y señaló dudas sobre su asistencia a la tercera reunión del diálogo político, programada para el 6 de diciembre próximo: «Si asisto, iré en otro tono, porque Venezuela se sigue destruyendo y la gente espera un cambio», dijo.

Maduro dijo sin embargo que «la mesa de diálogo sigue avanzando, se va consolidando» y sostuvo que las conversaciones con la oposición «al final han fructificado», aunque admitió que «dificultades siempre va a haber».

Tras reunirse en el palacio presidencial de Miraflores con Rodríguez Zapatero, Maduro ratificó de parte del oficialismo «todo el compromiso por encima de las bajezas de la violación de los acuerdos, todo el compromiso de paz» y pidió que «se cumplan la letra y el espíritu» de los acuerdos alcanzados el 11 de este mes, en la segunda sesión del diálogo.

«Es verdad que llevamos pocas semanas del proceso de diálogo, pero desde aquí deseo reafirmar el compromiso, la vigencia, la fuerza, el espíritu que hemos logrado consolidar en este tiempo», afirmó Rodríguez Zapatero.

«He asistido a muchas reuniones en las que han estado personas del gobierno y de la oposición, y el clima ha sido de cordialidad, de creciente confianza, de respeto, a la altura de lo que merece el pueblo de Venezuela», añadió el ex jefe del gobierno español.

Esas declaraciones sucedieron a un clima de pesimismo respecto del diálogo, generado por las declaraciones de Torrealba y Capriles, y, más tarde, por las reuniones urgentes de Rodríguez Zapatero con las dos partes.

El ex mandatario español conversó con Maduro y la canciller, Delcy Rodríguez, por un lado, y por otro se encontró con Torrealba, los también dirigentes opositores Julio Borges y Luis Moreno, y el nuncio apostólico en Caracas, monseñor Aldo Giordano.

Capriles reveló que un grupo de dirigentes de la MUD se entrevistó también con el subsecretario de Asuntos Políticos del Departamento de Estado de Estados Unidos, Thomas Shannon, quien está en Caracas sin que se haya anunciado la visita ni sus motivos.

El oficialismo y la oposición iniciaron el 30 de octubre pasado un diálogo destinado a buscar una solución para la grave crisis política, institucional, económica y humanitaria que desde hace años sufre Venezuela.

El diálogo, impulsado desde principios de año por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) con el concurso de Rodríguez Zapatero y los ex presidentes panameño Martín Torrijos y dominicano Leonel Fernández, fue posible solo cuando, a pedido de la MUD, el Vaticano aceptó formar parte del grupo de «acompañantes».

Esas gestiones fueron apoyadas también por Estados Unidos, que en varias ocasiones envió a Shannon a Caracas, donde mantuvo reuniones con Maduro y representantes de la oposición. De la segunda sesión del diálogo, que tuvo lugar entre la noche del 11 y la madrugada del 12 de este mes, surgió una lista de compromisos que fueron expresados en una declaración conjunta y considerados insuficientes por amplios sectores de la MUD.

Ya a comienzos de esta semana, Maduro y Torrealba se acusaron recíprocamente de incumplir los compromisos asumidos en el diálogo.