Fue directo como un vaso de vodka: «Duvelvan las islas Malvinas, devuelvan Gibraltar, devuelvan la parte anexionada de Chipre, devuelvan el archipiélago de Chagos en el océano Índico, que convirtieron en una enorme base militar. Solo entonces su conciencia, tal vez, esté un poco más limpia y puedan empezar a juzgar otros temas ,como el de Crimea”, señaló el jueves el representante permanente de Rusia ante las Naciones Unidas, Vitali Churkin.

Con estas declaraciones en una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) sobre la situación en el Donbás, Churkin respondía a su homólogo británico, Matthew Rycroft, y a la estadounidense, Nikki Haley, quienes habían reiterado acusaciones a Rusia de una supuesta injerencia en la crisis de Ucrania.

Según Rycroft, Rusia “desencadenó la crisis de Ucrania”. Haley, por su parte, había reiterado la misma postura por parte de su país, afirmando que “EE.UU. sigue condenando y llamando a un fin inmediato de la ocupación rusa de Crimea”. “Crimea es parte de Ucrania”, añadió la diplomática estadounidense.

Sin embargo, a juicio del embajador ruso, la crisis de Ucrania estalló en febrero de 2014 como resultado de un golpe de Estado apoyado desde el exterior y no tuvo nada que ver con el referéndum celebrado después en el mismo año, en el que se votó a  la adhesión de la península de Crimea a la Federación Rusa. Y recordó que de los 17 territorios reconocidos bajo estatus de no autogobierno por el Comité de Descolonización de la ONU, una decena está bajo el dominio de Reino Unido (Malvinas, Gibraltar, Islas Turcas y Caicos, Anguila, Bermuda, Islas Vírgenes Británicas, Islas Caimán, Santa Helena, Monserrat y Pitcairn) por lo que tendrían una doble moral