Los «chalecos amarillos» franceses se movilizaron nuevamente en Francia por sexto sábado consecutivo. Cientos de manifestantes del movimiento que enfrentó las medidas económicas de ajuste del presidente Emmanuel Macron se movilizaron sorpresivamente por las calles céntricas de París.

A pesar de que los manifestantes habían anunciado para hoy una gran marcha en Versalles (oeste de París), se comenzaron a concentrar esta mañana junto al Sagrado Corazón, en el barrio de Montmartre, en una estratagema para despistar a la policía. Desde allí marcharon a las calles cercanas al palacio presidencial. Las fuerzas de seguridad debieron improvisar un operativo para acordonar el recorrido que encararon esta vez los manifestantes y los acordonaron en la plaza de La Madeleine.

En varias ciudades del resto de Francia, se repitieron manifestaciones y algunos cortes de ruta cerca de la frontera española, por ejemplo en el límite con la ciudad de Junquera. La masividad de las primeras jornadas de protesta, fue menguando, especialmente porque el viernes el senado galo aprobó las medidas económicas que envió Macron para calmar las protestas callejeras.

Las medidas, que ya habían sido anunciadas la semana pasada, incluyen el aumento del salario mínimo en 100 euros, la exención fiscal de las horas extra, cancelación del incremento del tributo social para los jubilados que cobren menos de 2.000 euros. El aumento del combustible, que fue el detonador de las protestas, ya había sido suspendido.