Las jornadas de protestas que se iniciaron el jueves en Colombia y una de las marchas con mayor intensidad en los últimos tiempos en el país, desafiaron el alicaído gobierno derechista de Iván Duque que se vio forzado a convocar a una “conversación nacional” con todos “todos los sectores sociales y políticos”. Un diálogo, que siempre invocó y que hasta ahora no había puesto en práctica. Otra medida y debido a los disturbios y saqueos que se registraban en la ciudad de Bogotá, Duque instruyó al alcalde mayor, Enrique Peñalosa para decretar el toque de queda en la ciudad a partir de las 21 del viernes, algo que no ocurría en la capital desde 1977.

Las protestas contra las políticas de ajuste de Duque convocaron a cientos de miles de colombianos en varias ciudades para replicar cortes y cacerolazos urbanos, que si bien registró algunos disturbios y saqueos, en su mayoría fueron pacíficas. A pesar de hubo represión como el despeje policial en la plaza Bolívar de Bogotá cuando se preparaba un nuevo cacerolazo. Hasta el cierre de esta edición se registraban al menos tres muertos, casi 300 heridos y decenas de detenidos.

Después de la multitudinaria demostración del jueves, el Comité Nacional del Paro integrado por numerosas organizaciones sindicales, entre ellas la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), ONG sociales y de derechos humanos, organizaciones juveniles, indígenas y campesinas solicitó, “de manera inmediata una reunión con el presidente Iván Duque para que debata las motivaciones y las razones de esta huelga: contra el paquetazo de medidas regresivas en materia económica, social, laboral y ambiental, por la vida, la paz y los Derechos Humanos”.

El Comité y los partidos de la bancada de oposición compuesta por el Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS), el Polo Democrático Alternativo, el Partido Verde, Unión Patriótica y FARC también se dirigieron a Duque la noche del viernes en un texto conjunto: “Colombia rechazó nuevamente que usted siga gobernando en beneficio de unos pocos. Y le exige que implemente todos los mecanismos y espacios de diálogo y concertación necesarios para hacer realidad todas las demandas y reclamos históricos que la ciudadanía respaldó masivamente en las calles desde sus casas con el cacerolazo”.

En algunos videos que llegaron a Tiempo Argentino desde usuarios en Colombia, se veían las imágenes tanto de saqueos como del accionar de los grupos del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) de la policía contra manifestantes o transeúntes. Escenas muy similares a las que se han visto en Chile.

Los convocantes al paro repudiaron “los hechos vandálicos” pero también “la violencia ejercida por la Fuerza Pública”.

El ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, informó que dos de las tres muertes ocurrieron en “una intención de saqueo” a un centro comercial donde la fuerza policía acudió “a hacerle frente”.

Holmes, también dijo que la actuación de la fuerza pública (13 mil efectivos) “ha sido eficaz”, y confirmó la muerte “de dos personas en Buenaventura, en medio de los disturbios, y una más en Candelaria, ambos en los departamentos del Valle del Cauca”. Agregó que se registraron 273 heridos.

Hasta su mensaje del viernes, Duque sólo aseguraba haber “escuchado” el reclamo. El presidente viene de sufrir reveses electorales y por causa de sus políticas, su imagen negativa llega casi al 70% según sondeos, impactada por un reciente bombardeo militar  contra supuestos disidentes de las FARC, en el que murieron ocho menores; hecho que motivó la renuncia del ministro de Defensa Guillermo Botero.


Con EE UU y Venezuela: un triángulo que no es amoroso

Un audio filtrado de la conversación entre el embajador de Colombia en Estados Unidos, Francisco Santos, y la nueva canciller, Claudia Blum, reveló el apoyo de Colombia para derrocar al presidente Nicolás Maduro en Venezuela, incondicional a la línea impartida por el gobierno de Donald Trump, que ha venido apostando a un hasta ahora fallido liderazgo del legislador autoproclamado presidente interino, Juan Guaidó. En lo que fue su primer encuentro, Santos le dice a su jefa, quien entró en reemplazo del ahora ministro de Defensa Carlos Holmes, que le pasará un enlace para entrar en contacto con Guaidó. «Vas a tener que estar en contacto con él permanentemente», le dice. También confiesa que en EE UU «lo de Guaidó» está «parado». Además confirma los cruces de los que se habló en esta sección entre el Departamento de Estado y la Casa Blanca sobre el abordaje del caso Venezuela. Incluso Santos afirma que Trump suele «olvidarse» del país bolivariano, por lo cual «me toca a mí inventarme cosas para que ellos vean otra vez a Venezuela». El diplomático admitió el audio y expresó preocupación porque afirma que fue «grabado desde mi teléfono» en el encuentro con su jefa. Por su parte, el canciller venezolano Jorge Arreaza dijo que el audio es una confesión de «cómo y con quiénes conspiran para desestabilizar Venezuela».