La ofensiva de EE UU y la Otan en torno a Ucrania generó dos novedades en cuanto al discurso para los medios. Una de ellas fue la “filtración” a través del diario español El País de un documento de la Otan en respuesta a los reclamos de Moscú. El texto -certificado por las autoridades estadounidenses como verídico- rechaza la demanda de un tratado bilateral EE UU-Otan con Rusia y también se niega a firmar cualquier texto en que renuncie a la incorporación de Ucrania al organismo militar atlántico.

Como respuesta a la respuesta, Vladimir Putin se quejó de que “está claro que se ignoraron las preocupaciones fundamentales de Rusia. No vimos una consideración adecuada de nuestros requisitos clave”, esto es, volver al mapa de 1997, garantizar que la Otan no se extenderá hacia el este y que no se incorporará a Ucrania.

El jueves, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, dijo en rueda de prensa que según los servicios de inteligencia, Rusia está planeando ataques de bandera falsa para justificar una invasión a Ucrania. Price agregó que sabían de la realización de una filmación con actores que representarían el papel de atacantes ucranianos. “La producción de este video de propaganda es una de varias opciones que el gobierno ruso está desarrollando como un pretexto falso para iniciar y potencialmente justificar una agresión militar contra Ucrania”, dijo Price, para agregar: “Lo publicitamos ahora para dejar al descubierto el alcance de las acciones desestabilizadoras de Rusia hacia Ucrania y disuadir a Rusia de continuar con esta peligrosa campaña y finalmente lanzando un ataque militar».

Vale recordar que la voladura del acorazado Maine en la bahía de La Habana fue la excusa de EE UU para la guerra contra España en 1898 que le arrebató las últimas colonias de ultramar. El pretexto para el ingreso en la guerra de Vietnam fue el falso ataque del 4 de agosto de 1964 en el golfo de Tonkin. La existencia de armas de destrucción masiva en manos del gobierno de Saddam Hussein fue el argumento para invadir Irak, en 2003. Periodistas estadounidenses hicieron trastabillar a Price cuando le pidieron precisiones y fuentes sobre lo que estaba diciendo. Otros eligieron recordar que fue analista en la CIA y renunció en 2017 en rechazo a las políticas de distensión que en ese momento estaba ensayando el presidente Donald Trump. Y sobre todo, del embate contra lo que llamó “el estado profundo”. Del que obviamente Ned Price forma parte.