El pequeño reino africano de ex-Suazilandia, que ahora se denomina eSuatini, quiere cobrar impuesto a los matrimonios con extranjeros para limitar la inmigración, causando la furia de asociaciones de defensa de las mujeres.

Un proyecto de ley presentado al Parlamento prevé que los súbditos del rey Mswati que deseen casarse con ciudadanos de otro país tendrán que pagar al ministerio del Interior 30.000 lilangeni, divisa local, o sea unos 1.900 euros.

El costo se anuncia muy disuasivo porque representa un cuarto del Producto Bruto Interno (PBI) anual por habitante.

La ley, si es adoptada, se aplicará oficialmente a los futuros casados de ambos sexos, pero parece tener como objetivo a las mujeres de eSuatini.

«Esta ley tiene por objetivo proteger a las mujeres de cualquier manipulación o abuso por parte de sus parejas extranjeras, que se casan con ellas con el único fin de obtener nuestra nacionalidad», afirmó el portavoz del gobierno, Percy Simelane.

Las autoridades de la última monarquía absoluta del continente no han publicado estadísticas recientes sobre el tema.

Pero en 2016, el ministerio de Relaciones exteriores había indicado que estudiaría  medio millón de peticiones de naturalización, especialmente de parte de asiáticos, cuando la población local es de solo 1,3 millones de habitantes.

Según las autoridades, las ciudadanas de este pequeño país de Africa austral son manipuladas por sus esposos extranjeros que, cuando adquieren la nueva nacionalidad, las abandonan y las dejan con sus hijos a cargo del Estado.

«Esta ley no solucionará sin duda el problema, pero es una forma de proteger a nuestras mujeres vulnerables», añadió Percy Simelane.

Las presuntas víctimas de este fenómeno recibieron con mucha desconfianza el plan del gobierno. «Jurídicamente no es una buena solución», declaró a la AFP Dumsane Dlamini, responsable de la ONG Las mujeres y el derecho en ex-Suazilandia.

«Los países tienen otras formas para proteger a sus ciudadanos, controlando las formas de adquisición de su nacionalidad», agregó la activista.

La feminista Bonsile Mamba fue más lejos y considera que el proyecto de ley viola la Constitución del país. Este texto «privaría a las mujeres de su libertad de elegir» pareja, dijo a la AFP.  «Lo que sé es que las mujeres aquí prefieren a los hombres extranjeros pues dan más ternura y amor que nuestros compatriotas», agregó.

Según la Organización Internacional de Migraciones (OIM), los extranjeros representaban en 2015 2,5% de los 1,3 millones de habitantes del pequeño reino, situado entre sus dos gigantes vecinos Sudáfrica y Mozambique.