La actriz de la exitosa serie “Sex and the city” Cynthia Nixon decidió engrosar la lista de estrellas del cine y la televisión que se lanzan a la política y parece estar decidida a no empezar desde abajo: le disputará al gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, la interna demócrata en septiembre para dirimir quién será el candidato a ese cargo que el 6 de noviembre junto a las elecciones legislativas en Estados Unidos. A diferencia de Ronald Reagan, Arnold Schwarzenegger y Clint Eastwood que tuvieron un perfil de derecha y fueron elegidos a través del Partido Republicano, la estrella de la TV competirá en la interna del Partido Demócrata y tiene el apoyo de progresistas y socialistas. 

Así como el desafío es grande, el inicio de la carrera de Nixon -de 52 años y activista por la educación y los derechos de la comunidad LBGT, es bisexual y al divorcirse de su esposo se casó con una mujer- fue muy complicado. En mayo pasado, Cuomo acaparó el 95% de los votos de los delegados en la Convención Demócrata, por lo que Nixon debía conseguir 15.000 firmas para poder seguir en carrera: logró 60.000.

Sin embargo, todavía la tiene muy difícil. Según la última encuesta del Siena College Institute publicada ayer martes, Cuomo continúa teniendo una gran ventaja sobre Nixon a casi seis semanas del día de la primaria del 13 de septiembre. El actual gobernador, que busca lun tercer mandato mantiene una ventaja del 60 por ciento contra el 29 de Nixon entre los probables votantes primarios demócratas.

Parece demasiada ventaja para descontar en menos de seis semanas. A pesar de contar con el apoyo de sus compañeros de la serie, en especial el de Sarah Jessica Parker, los colectivos que parecerían a primera vista más proclives a su nominación no parecen muy decididos a sostener su candidtura.

Un aliado natural como Stonewall, el club demócrata LGBT más grande del estado, se posicionó en favor de Cuomo. En su respaldo el grupo destaca las protecciones del gobernador para los neoyorquinos transgénero y su apoyo al matrimonio homosexual en 2011, cuatro años antes de que la Corte Suprema de EEUU lo legalizara en todo el país. Gracias a ello, en 2012 Nixon se casó con su pareja, Christine Marinoni.

La decisión sorprendió porque el miércoles pasado Nixon tuvo un amistoso encuentro con demócratas de Stonewall en una sala del Centro LGBT en Manhattan. “Esto no fue tanto una sorpresa”, afirmó el presidente del club, Rod Townsend, para quien había pocas razones para que los demócratas de Stonewall cambiaran de caballo, según comentó a New York Post. Sobre Nixon dijo: “Fue agradable conocerla”.

Nixon relativizó el mal trago: “Me lo pasé muy bien con ellos anoche, sentí que había mucho apoyo en la sala. Tomaron la decisión que tomaron y entiendo eso, pero estuve muy contenta de poder reunirme con ellos y presentar mi caso”.

Nixon ya tiene el respaldo del izquierdista Partido de las Familias Trabajadoras (WFP), pero no es suficiente para derrotar a Cuomo en las primarias demócratas del 13 de septiembre. Por eso sigue apostando al votante independiente, de calle, que le permitió recabar el cuádruple de las firmas necesarias para seguir en la pelea.

Al menos parece haber obtenido el respaldo del capítulo de la Ciudad de Nueva York de los Socialistas Democráticos de América (DSA, por sus siglas en inglés), que le dio una codiciada bendición de izquierda y una fuente fundamental de voluntarios para la campaña.

La importancia del grupo en la política electoral creció significativamente desde la victoria primaria de Alejandría Ocasio-Cortez, un miembro del DSA que derrotó al actual representante Joe Crowley en las primarias demócratas para competir por su escaño en la Cámara. El grupo jugó un papel clave en su victoria.

Pero este apoyo no está exento de conflictos, ya que el colectivo a nivel nacional, formado por pequeñas agrupaciones y partidos socialistas de EE UU, instó a no votar por la actriz porque “Nixon es una multimillonaria que ha donado menos del 5% de sus ingresos a la caridad”. “En cualquier organización, habrá diferencias de opinión”, fue la escueta respuesta de Nixon. La actriz había buscado ansiosamente el respaldo de la organización y declaró a principios que ella se identifica como una socialista democrática.

Ahora, Nixon se beneficiará del ejército de activistas del grupo, que incluirá un lanzamiento de campaña, y que fueron fundamentals para la elección de Ocasio-Cortez. «Me enorgullece recibir este apoyo y espero trabajar con los miembros de DSA para golpear las puertas y organizarnos para derrotar a Andrew Cuomo y su agenda respaldada por Wall Street», dijo Nixon.

El respaldo se obtuvo mediante el voto mayoritario del comité de liderazgo de toda la ciudad del capítulo. Marcó la culminación de un proceso de una semana que se volvió polémico a veces, ya que los miembros de la DSA pesaban exactamente qué tipo de rol querían jugar en el sistema bipartidista.

Los críticos dentro de DSA advirtieron que arriesgaba minar los escasos recursos de la organización y diluir la marca socialista democrática. Decenas de miembros de la DSA de NYC señalaron en una carta que argumentaban en contra del respaldo que Nixon solo había adoptado la etiqueta momentos antes de reunirse con el capítulo para buscar su bendición y posteriormente hicieron declaraciones que calificaron su abrazo a la ideología.

Es que la campaña de Nixon no estuvo exenta de metidas de pata, y algunas de ellas cayeron muy mal entre los progresistas. La mas sorprendente fue cuando dijo que si el gobernador de Nueva York fuera Michael Bloomberg no se presentaría. «Permítanme ponerlo de esta manera: si el alcalde Bloomberg fuera nuestro gobernador, yo no me postularía», dijo Nixon al New York Times en un perfil publicado el domingo. Hizo la declaración al criticar al gobernador Cuomo por una serie de investigaciones y enjuiciamientos por corrupción que concluyeron con las condenas de dos asesores clave y dejó su proyecto de desarrollo económico en el norte del estado bajo una nube de sospecha.

Parecía una declaración extraña de la autodenominada socialista democrática. Bloomberg comenzó su carrera empresarial en Goldman Sachs y su carrera política como republicano y apoyó al presidente George W. Bush para su reelección en 2004. De hecho, Nixon protestó activamente contra las políticas educativas de Bloomberg en la ciudad durante su mandato y fue detenida.