La Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN), una coalición de ONG de más de un centenar de países en todo el mundo, fue galardonada hoy con el Premio Nobel de la Paz 2017 «por su trabajo para llamar la atención sobre las consecuencias humanitarias catastróficas de cualquier uso de armas nucleares y por sus esfuerzos innovadores para lograr una prohibición basada en tratados de tales armas».

Así lo anunció hoy el Comité Nobel de Noruega en Oslo cuando aún persiste la tensión global por los ensayos nucleares y con misiles de Corea del Norte, que provocaron las sanciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y derivaron en un intercambio de amenazas entre el presidente de EEUU, Donald Trump, y el líder norcoreano Kim Jong-un.

ICAN es una coalición de organizaciones no gubernamentales de más de 100 países diferentes de los cinco continentes entre los que no figuran algunas de las potencias nucleares, que se convirtió en «el principal actor de la sociedad civil en el empeño por lograr una prohibición de las armas nucleares en virtud del derecho internacional», afirmaron en el Comité.

«Ha sido una fuerza impulsora para que las naciones del mundo se comprometan a cooperar con todas las partes interesadas en los esfuerzos por estigmatizar, prohibir y eliminar las armas nucleares», agregaron.

La directora ejecutiva de la Campaña consideró que se trata de «un gran honor» haber recibido el Premio Nobel de la Paz 2017 por su papel en la adhesión de 122 países al Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares y afirmó que el galardón es «un mensaje muy fuerte a los estados de que deben sumarse y abandonar las armas nucleares».

«Estamos en un momento crucial, el riesgo de guerra nuclear está otra vez en la agenda, con la posibilidad de asesinar a civiles de forma discriminada, con amenazas por parte de Estados Unidos y de Corea del Norte. Esto debe acabar, y el premio respalda esa posición», dijo Fihn a la agencia EFE y subrayó que es «inaceptable que aún haya países que tengan y que amenacen con usar las armas nucleares», y juzgó que el premio «además de un gran honor, es un mensaje muy fuerte a los estados de que deben sumarse y abandonar las armas nucleares».