En una nueva embestida contra el gobierno de Nicolás Maduro, Estados Unidos sancionó a la empresa petrolera rusa Rosneft por comercializar crudo venezolano. La respuesta no tardó en llegar y el canciller Jorge Arreaza afirmó que consignará ante la Corte Penal Internacional (CPI) esas medidas que profundizan el cerco en torno del país bolivariano en el intento de lograr un cambio de régimen a como dé lugar.

Maduro declaró una «emergencia energética» en la estatal PDVSA «a fines de adoptar las medidas urgentes y necesarias» para protegerla de una «agresión imperialista», dijo Maduro desde la sede de la petrolera estatal, en Caracas.

El mandatario anunció la creación de una comisión de «carácter plenipotenciario» para la «defensa» y «reestructuración» de la industria petrolera; el principal sostén de la economía venezolana. Esa comisión tiene entre sus integrantes al ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, jefe de las Fuerzas Armadas. Estados Unidos penaliza a Rosneft Trading SA por manejar las exportaciones de petróleo de Venezuela y la acusa de ser una suerte de paraguas para eludir las sanciones que Washington aplica a la nación caribeña. Además, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos dio 90 días de plazo para que las compañías suspendan los negocios que están realizando con esta firma rusa.

PDVSA rechazó los castigos. «La política de sanciones unilaterales de los EE UU ha sido dirigida hacia empresas que compiten en el mercado global, como lo es Rosneft, para tratar de influir en el sistema de precios, controlar o eliminar los principales actores y, en consecuencia, así ejercer un control hegemónico del mercado petrolero mundial», indicó en un comunicado. La discriminación económica y el odio, como instrumentos políticos, promovidos por el gobierno de EE UU hacia la principal empresa petrolera del país, PDVSA, tiene como objetivo la destrucción de la economía nacional y, por ende, afectar el presupuesto de protección socio-económica del Pueblo Venezolano», agrega el texto.

El Kremlin, en tanto, puntualizó que las nuevas sanciones estadounidenses no dañarán las relaciones entre Rusia y Venezuela. «Por el contrario, se están desarrollando y se seguirán desarrollando», dijo a los reporteros el portavoz del gobierno de Vladimir Putin, Dmitry Peskov.

Estados Unidos incluyó en una lista negra a Rosneft Trading SA, subsidiaria suiza de Rosneft, y al presidente de su consejo, Didier Casimiro, acusando a la compañía de suministrar petróleo venezolano a los mercados mundiales, algo que para la guerra contra el chavismo resulta inadmisible. «