La Asamblea Nacional (AN) de Venezuela mantiene un control desdoblado en el cual dos sectores de la oposición se atribuyen la presidencia del cuerpo, bastión de la oposición a Nicolás Maduro y eje central para el sostenimiento del gobierno «encargado» que enarbolaba desde enero de 2019 el diputado Juan Guaidó.
Después de la asamblea convulsionada del domingo pasado, un sector de la oposición asegura que ratificó a Guaidó en el cargo, mientras el otro afirma que es el diputado del opositor Primero Justicia (PJ), Luis Eduardo Parra, quien fue elegido legítimamente por 84 votos, en una sesión en la que no participó Guaidó, supuestamente por no haber podido ingresar al recinto. La OEA, el gobierno de los Estados Unidos y otros organismos y Estados apoyaron a Guaidó. Pero el sector enfrentado, que a la vez mantiene su posición crítica contra el gobierno chavista, dice que esa elección es ilegítima. «Quien tiene control efectivo de la Asamblea Nacional, de todas sus instalaciones, la parte administrativa, su personal y está despachando desde la presidencia, es el diputado Luis Eduardo Parra Rivero», aseguró a Tiempo el diputado de PJ, José Brito.
«Que algunos organismos o gobiernos digan tal o cual cosa. Nosotros somos una nación soberana, no aceptamos tutelaje de nadie. Aquí los diputados que conformamos la Asamblea Nacional por mayoría y con quórum escogimos un nuevo presidente que está ejerciendo plenas competencias de sus funciones. Lo demás es vivir en virtualidad. En el caso Juan Guaidó, es diputado por el estado de Vargas y debe incorporarse a la Cámara como tal, pero su período como presidente culminó», señaló Brito vía telefónica.
La fractura en la oposición es evidente. Tanto Parra como Guaidó declaran desde sus redes sociales y comunicaciones oficiales que su nombramiento es legítimo. Guaidó publicó innumerables reconocimientos de gobiernos y organismos, entre ellos la Comunidad Europea, el Grupo de Lima y el Grupo de Contacto de representantes europeos para el diálogo. Además se atribuye una lista de cien diputados que habrían votado por su presidencia. Brito dice que ese número es falso. «Es muy cómico, ellos dicen que fueron cien diputados y nosotros 30. En 2015 fueron electos por la (opositora) Mesa de Unidad Democrática (MUD) 112 diputados. Si nosotros somos 30, ¿cómo es que ellos son cien?, ¿dónde están los 18 que faltan? Eso denota una gran mentira y una gran manipulación. No hubo una votación real para Guaidó», enfatizó el diputado de PJ. «Lo cierto es que si Guaidó se hubiese presentado el domingo 5 de enero al hemiciclo, habría perdido por 81 votos contra 70», agregó.
Lo más irregular de esa supuesta elección es que se realizó en las instalaciones del diario El Nacional, crítico de Maduro, luego de que Guaidó y otros diputados no pudieron ingresar al Parlamento. Sin embargo, dos días después se produjo el ingreso y la «jura» del cargo.
El gobierno chavista, cuyos diputados facilitaron la sesión en que fue electo Parra, reconoció a este legislador como presidente de la AN, pero luego se apartó de la disputa opositora calificándola como un conflicto «entre ellos».
Diosdado Cabello, presidente de la oficialista Asamblea Constituyente, lo calificó de «triste espectáculo» y aseguró que «es una pelea por el espacio entre ellos». En su programa El mazo dando del martes, Cabello ratificó la mirada oficialista acerca de un «montaje mediático» del diputado que fue la punta de lanza de la, hasta ahora fracasada, estrategia estadounidense de esmerilar el poder de Maduro. En videos recopilados de la prensa y tomados con celulares, se reconstruyó el recorrido de Guaidó ese domingo en que denunció que se le impidió ingresar al Parlamento, cuando queda claro en las filmaciones que él tenía perfectamente allanada la entrada, no así algunos de sus acompañantes, diputados desaforados y sin credenciales.
El autoproclamado gobierno interino había nombrado funcionarios y embajadores. A esta dualidad se suma ahora una suerte de doble comando legislativo con destino incierto. La nueva presidencia incluso anunció que creará una comisión para rescatar el «orden constitucional del órgano legislativo», considerado «en desacato» por el gobierno chavista. «La gente espera un Parlamento de soluciones, no de confrontación», aseguró el diputado Parra tras su asunción. En tanto, revitalizado con un nuevo salto a la escena internacional, Guaidó convocaba para este fin de semana volver a las calles para «expulsar» a Maduro. «
Parra y Guaidó, si entre ellos se pelean…
Luis Parra, quien asegura ser el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, había sido vinculado a un supuesto caso de corrupción por el sitio web Armando.Info, que publicó un reportaje que lo señala junto con otros opositores como parte de una red que habría obtenido beneficios espurios a través de un programa de distribución de alimentos del gobierno de Nicolás Maduro.
Tras la difusión, Guaidó anunció una investigación parlamentaria y Parra rompió con él negando las acusaciones. Directivos de su partido, Primero Justicia, como el exiliado en Colombia Julio Borges, afirmaron que lo habían expulsado. El diputado José Brito, uno de sus cercanos, afirmó a Tiempo: “Seguimos siendo militantes del movimiento Primero Justicia. Pero una directiva que no se encuentra en el país ha venido ejerciendo una suerte de tribunal de inquisición, y la inquisición, que yo sepa, es historia pasada. Hay algo que se llama el debido proceso, la presunción de inocencia y la legítima defensa, las tres cosas fueron vulneradas y por consiguiente cualquier anuncio que haga Julio Borges o cualquier otro directivo carece de legalidad y moralidad”.