Una vez más, la presión del gobierno de Brasil atenta contra la continuidad o, al menos, la estabilidad del Mercosur, luego de que forzara a una declaración conjunta con los otros tres miembros fundadores, Paraguay, Argentina y Uruguay, para declarar que serán estos Estados quienes “definirán los cursos de acción y adoptarán las decisiones necesarias en materia económica y comercial y otras materias esenciales”, además de coordinar “las negociaciones externas con terceros países y grupos de países” hasta tanto se definan los incumplimientos atribuidos a Venezuela. En otras palabras, con esta decisión se le quitó a Caracas la presidencia pro témpore, función que ya estaba ejerciendo desde julio, continuando a Uruguay por orden alfabético, según establece el reglamento del organismo multilateral. La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, reaccionó acusando a los socios de violar «la legalidad de la organización».

«El bloque atraviesa un momento muy difícil que puede poner en riesgo los avances que logramos en estos últimos años. Si bien existen distintas posiciones, la mayoría de los miembros del Parlasur coincidimos en que la integración regional es el mejor camino», señaló el ex canciller argentino Jorge Taiana, presidente del Parlasur y jefe de la bancada progresista. “La integración es una tarea compleja que requiere poner de acuerdo a sectores con intereses distintos y escuchamos voces que claramente no están a favor de la integración del Mercosur sino de una especie de disolución o debilitamiento de miembros”, señaló al término de la sesión del viernes.

Llegando al final de la semana, las cancillerías difundieron una Declaración Conjunta Relativa al Funcionamiento del Mercosur en la que advierten que Venezuela “no ha adherido al Acuerdo de Alcance Parcial de Complementación Económica Nº 18”, para lo cual establecen un plazo arbitrario, fijado el 1 de diciembre próximo. Si esto no se cumple, Venezuela perdería sus derechos como miembro pleno, según la acordada. El documento lleva la firma de los cuatro cancilleres, Susana Malcorra, por Argentina; Eladio Loizaga, por Paraguay; José Serra de Brasil y Rodolfo Nin Novoa de Uruguay. Sin embargo, no hubo cumbre especial para la firma, sino que se trató en asesores en los días previos y los ministros de Relaciones Exteriores enviaron su aprobación a distancia. Esto generó un nuevo capítulo de tensión entre Uruguay y Brasil. La revista uruguaya Búsqueda aseguró que fuentes diplomáticas le indicaron que Serra amenazó a Uruguay con “romper” el bloque si no adhería a lo dispuesto por los otros gobiernos. “Fue por eso que Uruguay permitió, al abstenerse de votar, que los restantes fundadores del bloque aprobaran la declaración”, reflejó el medio. Por otro lado, fue el subsecretario de Relaciones Exteriores de Uruguay, José Luis Cancela, quien aseguró que su país se abstuvo para «asegurar» el funcionamiento del bloque. Esta afirmación no había sido desmentida hasta el cierre de esta edición, y se espera que Nin Novoa pueda aclararlo luego de participar de la Asamblea General de Naciones Unidas que se celebra hoy en Nueva York. La abstención no habría sido percibida tampoco por los otros miembros. “Uruguay mandó la firma, eso no es abstenerse. Si tienen internas entre ellos es otro problema”, dijeron a Tiempo fuentes de la Cancillería argentina.

El gobierno brasileño del destituyente Michel Temer tiene una «causa» con Venezuela. Hace meses declara incompatibilidades administrativas y políticas del país para ser parte del bloque. Las supuestas amenazas de Serra van en sintonía con la idea de quebrar el bloque, para facilitar el ingreso de otros acuerdos de libre comercio, o directamente reconvertir en esa dirección al propio Mercosur, como se viene denunciando desde sectores que pugnan por mantener la unidad regional.

La canciller venezolana fue más allá. Señaló que la pretensión de “destruir el Mercosur mediante artimañas antijurídicas es reflejo de la intolerancia política y desesperación de burócratas”. Además, observó que en el bloque las decisiones se adoptan por consenso y respetando las normas de funcionamiento. «No permitiremos violaciones a los Tratados». «

Apoyo de los No Alineados

A pesar de la crisis que se vive en Venezuela y la pretensión de la oposición para realizar el referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, el mandatario del país caribeño recibió este fin de semana la presidencia de la Cumbre de Países No Alineados, en el marco del XVII que se realiza en la ciudad de Porlamar, en la isla de Margarita y reúne a los cancilleres y representantes de 120 países.

La canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, se encargó de instalar la reunión el pasado jueves y dar la bienvenida a los ministros. «Vemos que el 55 por ciento de la población mundial está hoy aquí reunida en Margarita representada en estos funcionarios, sabemos que podemos ser una gran fuerza ante los grandes retos que hoy confronta la humanidad», dijo Rodríguez en la apertura del evento.

Maduro recibió la presidencia del movimiento por tres años de manos del presidente de Irán, Hasan Rohani. «Voy a aprovechar la presidencia del movimiento para seguir denunciando a esta derecha proimperialista, arrodillada a los intereses imperiales», aseguró Maduro.

La canciller venezolana afirmó que los No Alineados son un movimiento respetuoso «que puede traer equilibrio al mundo» y cuyo mayor desafío, afirmó, «es garantizar el derecho al futuro a nuestros pueblos».

Tensiones e intenciones

Cruces. No es la primera vez que Uruguay y Brasil protagonizan un episodio de alta tensión diplomática por el Mercosur. Semanas atrás, el canciller Nin Novoa declaró que su par brasileño, José Serra, lo había «chantajeado» al ofrecer un lugar preferencial en un viaje comercial por África, a cambio de un voto contrario a Venezuela. Nin Novoa aclaró días más tarde que en realidad había «malinterpretado» a su colega.

Salvataje parlamentario. La presidencia del Parlasur promovió la creación de un Grupo de Alto Nivel (GAN) integrado por el titular del cuerpo, el argentino Jorge Taiana, y los vicepresidentes legislativos Arlindo Chinaglia, por Brasil, y Daniel Caggiani, por Uruguay. El propósito orginal de este grupo fue buscar una salida a la crisis, para lo cual se reunió con los cancilleres de Uruguay y Argentina, y en los próximos días tenía previsto hacerlo con el paraguayo y la venezolana.

Propósito. La búsqueda de trabar el ejercicio de la presidencia de Venezuela levanta las sospechas de que el objetivo es debilitar al bloque para llevarlo a un régimen de libre comercio, o directamente dejar el espacio a otros acuerdos que pretenden aterrizar en la región. “Vemos con preocupación que unos asuntos tan domésticos traben el funcionamiento del bloque, parece ser que el objetivo no es Venezuela, sino el Mercosur”, había comentado a Tiempo el embajador venezolano en Argentina, Carlos Martínez Mendoza. El diplomático afirmó que los incumplimientos atribuidos existen, pero su país está en camino de resolverlos.