Los Récord Guines registrarán lo ocurrido este domingo en Honduras como un acontecimiento importante. Por primera vez una mujer ocupará el sillón presidencial. Y esa mujer es la misma abogada que con valentía encabezaba las manifestaciones contra el golpe de estado que derrocó a su esposo, el expresidente Manuel Zelaya, hace 12 años.

Un gobierno del Partido Demócrata del primer presidente afroamericano en la historia de Estados Unidos colaboró con el golpe de Estado. Y hoy quien fuera vicepresidente de Obama deberá, en su calidad de presidente, respetar el cumplimiento de la voluntad popular que ha elegido abrumadoramente a Xiomara Castro para hacer realidad su compromiso histórico: terminar con el intervencionismo de EE UU en los asuntos internos de otros estados.

La herencia que Xiomara recibe es pesada y compleja. Desde el golpe de estado Honduras ha estado gobernada por un partido político que ha sido parte de una trama de odio, persecución, corrupción y endeudamiento gigantescos. La patria de Morazán bordea los confines del narco-Estado y el Estado fallido. Familiares cercanos de los dos expresidentes que surgieron luego del golpe de 2009 están acusados y presos por narcotráfico en EE UU. Un país que hace doce años tenía un sistema de partidos respetable por la adhesión y militancia multitudinaria en dos fuerzas históricas, el domingo tuvo una decena de candidatos presidenciales y listas a otras dignidades, postulados por organizaciones políticas minúsculas, producto de la dispersión que provocó el golpe y sus secuelas en la sociedad política.

Cabe decir que Xiomara fue candidata de una amplia alianza política y social de organizaciones partidarias y movimientos sociales y que en su repertorio de consignas acuñó la frase de “solo el pueblo salva al pueblo” , que rebota en Ecuador porque fue utilizada por el expresidente ecuatoriano Jaime Roldós cuando sustituyó a la dictadura en la conducción del Estado después de las elecciones de 1979.También ha proclamado “”hasta la victoria siempre” frase que acuñó el legendario Ernesto Che Guevara

El partido de Xiomara, escisión del antiguo liberalismo, se ha proclamado como adherente al socialismo democrático y que LIBRE, creado por inspiración del derrocado Mel Zelaya, luchó democrática y pacíficamente durante 12 años intensos hasta alcanzar la victoria. Ocho años más que el Morena de Andrés Manuel López Obrador para la presidencia de México y muchos menos que el Frente Amplio para que Tabaré Vázquez y Pepe Mujica fuesen presidentes de Uruguay. En ese sentido, LIBRE es parte del nuevo contingente progresista que se estructura en la política latinoamericana en el siglo XXI.

La flamante presidenta tendrá desafíos urgentes que enfrentar de inmediato. El primero será aumentar la tasa de vacunación anti-covid. El segundo atender al sistema educativo, cuyas escuelas primarias están en gran parte destruidas por la desidia de los gobiernos nacidos después del golpe de estado.

El tercero será diseñar una política eco-social pragmática pero con alma, para no seguir apretando solo a los de abajo , a quienes el hegemonismo golpista de 12 años solo les ha dejado la opción de morirse de hambre o emigrar en contingentes multitudinarios. La cuarta será reformular su política exterior. Al respecto, lo que México jugando soberanamente como tradicional amigo Estados Unidos y el nuevo amigo China puede servir de espejo. En su discurso de victoria electoral, la lideresa hondureña ha proclamado la adhesión a formas de democracia directa para gobernar democrática y pacíficamente. Literalmente ha dicho no al odio, no al revanchismo, no a la corrupción y no al narcotráfico, que amenazan al estado hondureño. A la vez ha convocado a todo el liderazgo hondureño a la armonía para sacar al país adelante.

Vienen a la memoria las palabras del cubano José Martí en homenaje a Morazán, el gran hondureño que vivió y murió luchando por la integración centroamericana: “Morazán ha muerto y la unión se deshizo, demostrando una vez más que las ideas no se imponen por la fuerza ni por el genio. Hay que esperar que hayan penetrado en la muchedumbre”. La muchedumbre ya se ha expresado en las urnas electorales hondureñas.