“Esta es una hora seria, una hora grave”, alertó el argentino Rafael Grossi, titular de la Agencia Internacional de Energía Atómica, en una reunión virtual del Consejo de Seguridad de la ONU convocada de urgencia para tratar las denuncias cruzadas sobre ataques cerca de la central nuclear de Zaporiyia. Este viernes se reportaron bombardeos en el área de la planta, la más grande de Europa, que data de la era soviética, ubicada en el sudeste de Ucrania y ocupada por tropas rusas desde marzo. A 171 días del inicio de la invasión, y cuando ya tres buques con cereales ucranianos partieron de puertos en el mar Negro tras las negociaciones impulsadas por el gobierno turco, otra vez el campo de batalla tiene la palabra y esta semana una serie de explosiones en la base aérea rusa de Saky, en Crimea hace temer un recrudecimiento de la contienda. Los indicios señalan que habría sido un ataque ucraniano posiblemente con misiles HIMARS provistos por Estados Unidos, pero no hubo confirmación. El caso es que habrían sido destruidos al menos nueve aeronaves, entre cazas Su-30SM y bombarderos Su-24M.

El secretario General de la ONU, el portugués Antonio Guterres, solicitó “un acuerdo urgente a nivel técnico sobre un perímetro seguro de desmilitarización para garantizar la seguridad del área” de Zaporiyia, que, agregó, «no debe usarse como parte de ninguna operación militar». Tanto voceros rusos como ucranianos se acusaron mutuamente de ataques en esa región. El propio presidente Volodimir Zelenski  pidió a la Casa Blanca declarar a Rusia como estado patrocinador del terrorismo al acusar a Moscú de disparar hacia la cercana ciudad de Marhanets, al otro lado del rio Dnieper y bajo control ucraniano, desde la planta. Grossi reclamó la necesidad de que la OIEA realice una inspección en las instalaciones para verificar que no haya fugas de material radioactivo. Y si bien despertó las alarmas, al mismo tiempo dijo que «no hay una amenaza inmediata para la seguridad» del continente.

En cuanto a la base de Crimea, allí la información resulta aún más confusa. Desde medios vinculados al gobierno ucraniano deslizaron pullas jactándose de haber realizado un operativo militar impactante en un territorio que desde que anexó Rusia, en 2014, había permanecido al margen de cualquier hostilidad. Pero Kiev guardó silencio y el Kremlin dijo que las explosiones registradas en fotos satelitales y videos particulares habían sido producto de un accidente .

Saki está a más de 225 kilómetros de la actual línea del frente en Kherson, fuera del alcance de los misiles de que dispone oficialmente Ucrania. Este sábado, el Ministerio de Defensa ruso informó la destrucción de un sistema de misiles HIMARS y un depósito de municiones en el área de Kramatorsk, en Donetsk. Y agrega que fueron destruidos dos helicópteros Mi-24 en Domaniovka, en la región de Nikoláyev, y «también se eliminaron cuatro puntos de control, efectivos, armamento, equipamiento militar y especial en otras 143 áreas». Al mismo tiempo, destaca que fue las tropas rusas tomaron control de la localidad de Peski.