Durante el mes de mayo, varios funcionarios del gobierno dieron muestras de optimismo con relación al curso de la economía. El ministro de Economía Nicolás Dujovne declaró a mediados del mes que “se va recuperando la tranquilidad y eso se manifiesta en lo cambiario”. Al mismo tiempo, luego de conocer los datos de inflación del mes de abril, prometió que “el salario real se va a recuperar con las paritarias”.

Desde el punto de vista del equipo económico la relativa estabilidad del tipo de cambio registrado durante el mes de mayo ayudaría a contener la inflación, normalizar la economía e incluso estimular el consumo y el crecimiento. Para el gobierno junio podría ser un mes bisagra que modifique el rumbo de la economía e incluso revitalice sus aspiraciones de reelección.

El pronóstico, sin embargo, no es compartido por las consultoras privadas que dieron a conocer el martes sus nuevas proyecciones publicadas por el BCRA en su informe conocido como Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM). El estudio que se realizó a fines de mayo, por el contrario, modificó en forma negativa las previsiones en materia de inflación y crecimiento y mejoró levemente las que se refieren al tipo de cambio.

Para las más de 50 consultoras que participan de la encuesta oficial, la inflación durante el año llegará hasta un 40,3% (un mes antes creían que sería de un 40%), el PBI caerá un 1,5% (en el informe de mayo creían que retrocedería un 1,3%) y el dólar llegará en diciembre a $51 ($51,2 en mayo).

Con todo, el análisis que refleja el REM debería ser considerado el mejor escenario posible en la medida en que el relevamiento que se realiza sobre alrededor de 50 consultoras, centros de investigación y entidades financieras locales y analistas financieros extranjeros, se ha caracterizado por difundir pronósticos sumamente optimistas con relación a lo que finalmente ocurrió.

Las diferencias entre los informes de enero de los últimos años con relación a lo que se registró en la realidad han sido muy marcadas. En el caso de 2018, por ejemplo, el informe de principios del año pronosticaba una inflación en 12 meses de 19,4%. Finalmente llegó hasta un 47,6%. Ese mismo año el pronóstico indicaba un crecimiento del PBI del 3% que se tradujo en una recesión del 2,5% y consideraba que en diciembre el dólar llegaría a $21,9 cuando la divisa cotizó el último día de diciembre a $38,83.

En 2017, el informe de enero arrojaba un pronóstico de inflación del 20,8%, una crecimiento del 3% y un dólar a $18,6 en diciembre. La realidad indicó una suba de precios del 24,8%, un crecimiento del 2,7% y un dólar a $18,95. Un año antes, en 2016, el REM sufrió el mismo apagón estadísticos que el INDEC ya que, desde 2012, las consultoras se excusaron de realizar pronósticos que no pudieran ser contrastados por datos oficiales.

Con todo, el REM reapareció en junio y previó una inflación anual del 40,3% (cerró según datos no oficiales en 41%), una recesión del 1,4% (fue del 2,2%) y un dólar a diciembre de $16,10 que cerró en $16,7.