La madre de Araceli Fulles, la joven estrangulada en la localidad bonaerense de José León Suárez, aseguró que a cuatro años del crimen continúan «mendigando por justicia» ya que los ocho acusados que serán juzgados en septiembre siguen en libertad y pidió una reforma judicial con perspectiva de género.

«Cómo puede ser que no hagan nada, ellos mataron y la justicia no hace nada, por eso nosotros pedimos una reforma con perspectiva de género para que haya justicia para todos por igual», dijo Mónica Ferreyra durante la movilización convocada en avenida Márquez y 9 de Julio de dicha localidad del partido de San Martín, donde hubo una suelta de globos.

La mujer estuvo al frente de la marcha en la que participaron familiares, amigos e integrantes de organizaciones sociales que llevaron pancartas y carteles para pedir «Justicia por Araceli» y para que no haya más femicidios.

«Hay que esperar hasta septiembre que es el juicio, pero pasaron cuatro años y todavía tenemos que seguir mendigando por justicia por mi hija», expresó Mónica.

Fuentes judiciales informaron que por el caso había nueve imputados y solo uno de ellos estaba detenido, identificado como Darío Badaracco (31), quien murió el 13 de abril de 2019 luego de haber permanecido internado cinco días en un hospital de la ciudad de Olavarría, tras ser atacado a golpes y quemado con agua caliente por dos compañeros de celda en el penal de Sierra Chica.

De esta manera, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de San Martín juzgará desde septiembre a su hermano llamado Hernán Rodrigo Badaracco, a su patrón Carlos Casalz, a Hugo Cabañas, a Carlos Antonio Ibarra, a Marcelo Escobedo, Daniel Alaniz y a los hermanos Jonathan y Emanuel Ávalos.

A pesar de la gravedad del delito que se les imputa, «homicidio doblemente calificado» que prevé la pena de prisión perpetua, todos ellos llegarán al debate oral en libertad.

El abogado Diego Szpigiel, representante de la madre de la víctima, dijo a Télam que en septiembre de 2017 la Sala I de la Cámara de Apelaciones de San Martín había anulado las detenciones de todos ellos por considerar que hubo fallas en la colección de una prueba de ADN.

Araceli (22) fue vista con vida por última vez la madrugada del 2 de abril de 2017, en una plaza cercana a su casa y su cuerpo fue hallado el 27 del mismo mes, gracias a la intervención de perros de Punta Alta, debajo de unos escombros en el patio de la casa de Badaracco, en Alfonsina Storni 4477 de José León Suárez.

La autopsia determinó que la joven murió por «asfixia mecánica» por «estrangulamiento a lazo» con un elemento compatible con precintos plásticos.

Badaracco declaró tres veces como testigo antes de ser imputado y se mantuvo prófugo un día, hasta que la noche del 28 de abril fue detenido detrás de la villa 1-11-14 del Bajo Flores porteño gracias a una vecina que lo reconoció por la calle.

Por su parte, Claudia Guzmán, la mujer de Badaracco, admitió ante la Justicia que había mentido en su primera declaración para favorecer a su marido y que tuviera una coartada.

La mujer dijo que la verdad era que la madrugada en la que se cree ocurrió el crimen ella no estuvo con Badaracco y que un día antes del hallazgo del cadáver su esposo le había pedido que consiga un albañil para hacer una losa en el sitio donde los canes finalmente encontraron enterrado el cuerpo de Araceli.

«Seguramente ella se habrá resistido a un ataque sexual y en el forcejeo la terminaron matando y después armaron un show de desaparición para ganar tiempo para poder enterrarla y que nadie se entere», aseguró Szpigiel.