La oficina local de Unicef, la agencia de Naciones Unidas especializada en infancia, advirtió este miércoles que la pobreza y la indigencia en niños, niñas y adolescentes crecerán en la Argentina este año como consecuencia de la caída de la actividad económica. Según los datos presentados, la pobreza en este segmento de la población se incrementaría en casi un 11% mientras que la indigencia lo haría en casi un 16 por ciento.

En ese contexto, la agencia recomendó que el gobierno nacional mejorar el poder adquisitivo de la Asignación Universal por Hijo (AUH), que extienda el bono extraordinario de ese beneficio a todo el segundo semestre de este año y, al mismo tiempo, elimine las condicionalidades de su otorgamiento.

Sebastián Waisgrais, especialista en inclusión social y monitoreo de Unicef Argentina, observó que según el último dato oficial conocido, al segundo semestre de 2019, los niños, niñas y adolescentes pobres en la Argentina sumaban 6,963 millones. Por el parate económico previsto que sufrirá Argentina en 2020, calculado como una caída del Producto Bruto Interno (PBI) en torno del 6%, la cifra ascendería a 7,719 millones. De este grupo, la indigencia o pobreza extrema alcanzaría a 2,152 millones de niños, niñas y adolescentes.

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(Foto: AFP)

La caída de la actividad pegará con mucho más fuerza en los hogares en los que las condiciones de pobreza ya estaban asentadas y, al mismo tiempo, sumará nuevos sectores de población a este flagelo.

Así, mientras que a fines de 2019, el 27,6% de los niños, niñas y adolescentes con padres con trabajo formal era pobre, a fines de este año ese porcentaje saltaría al 30,4%. Es decir, uno de cada tres pibes con padres con empleo formal será pobre en diciembre de 2020.

Lógicamente, este porcentaje pega un salto enorme en el caso en el que los padres son asalariados informales o no registrados. Unicef prevé que para fin de año el 84% de los niños, niñas y adolescentes con padres en esa situación laboral serán pobres, mientras que ese nivel era del 72% en diciembre de 2019.

Un dato de actualidad por la lucha contra la difusión de la pandemia en las villas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) es que si a fines del año pasado la pobreza alcanzaba al 74,4% de los pibes que vivían en esos asentamientos, ese porcentaje saltaría al 92% a fin de año. El dato pone de relieve la extrema vulnerabilidad económica de las personas que viven en los barrios de emergencia, lo cual condiciona al máximo la posibilidad de que las familias puedan combatir el coronavirus, además de otras enfermedades.

Ante este escenario, Olga Isaza, representante adjunta de Unicef en Argentina, recomendó a las autoridades nacionales que mejoren el poder adquisitivo de la AUH. “La AUH es la asignación que mejor llega a los niños y niñas en condiciones de vulnerabilidad. El bono de 3100 pesos es muy bueno. Sabemos que se está estudiando entregarlo por segunda vez. Pensamos que se extienda a todo el segundo semestre de 2020 al menos”, dijo. En ese sentido agregó que “las familias que están en probreza extrema podrán superarla y representa sólo el 0,25 Producto del país”.

Isaza apuntó también que el gobierno elimine las condicionalidades vinculadas a la AUH. “Las familias tienen que presentar la libreta educativa y los controles médicos. Pero por muchos problemas actuales, muchas familias no están pudiendo cumplir con ello y por lo tanto o están recibiendo el bono. Ya había 500 mil niñes con retraso de cobro de la AUH antes del coronavirus por no cumplir la condicionalidad. Hay que tener en cuenta que el hecho de no tener la libreta escolar o los controles de salud no significa que les niñes no dejaron de concurrir a la escuela o que no están siendo controlados en su salud. Estas condicionalidades deben dejar de ser punitivas. Que se pague igual el bono o se elimine la condicionalidad”, reclamó la especialista.

Por último, pidió “políticas diferenciales para atender específicamente a las familias con múltiples vulnerabilidades”.