Si bien la Justicia había limitado el uso de gas y balas de goma y obligó a la policía a identificarse, en las inmediaciones del Congreso fue frecuente la presencia de agentes de la Policía de la Ciudad con el rostro cubierto por pañuelos y de civil.

Un grupo de más de 50 efectivos de la Policía de la Ciudad que conduce el secretario de Seguridad porteño, Martín Ocampo, descendió de un camión de la fuerza en la esquina de Rivadavia y Callao a las tres de la tarde vestidos de jean, zapatillas, y con mochilas en sus espaldas de donde sacaron remeras para cubrirse la cara. Sin embargo, todos mantuvieron su remera bordó azul en la que la palabra «policía» se leía con claridad, según pudo ver en el lugar Tiempo Argentino.

Los efectivos se dirigieron hacia la manifestación con sus remeras en las mochilas, en la mano, o incluso en la cara, como pañuelos para cubrirse las vías respiratorias del gas que flotaba en el aire.

Es que más temprano la jueza en lo contencioso administrativo de la Ciudad de Buenos Aires, Patricia López Vergara, exigió que todo el personal policial estuviera identificado y prohibió el uso de armas de fuego. También había dispuesto que todos los móviles estuvieran identificados y que el uso de postas de goma y gases fuera sólo como último recurso.

La resolución de la jueza se tomó después de una presentación hecha por el legislador porteño Mariano Recalde y el secretario general de ATE Capital, Daniel Catalano.

Sin embargo, esto no evitó que nuevamente más de 160 personas resultaran heridas, la mitad de ellas policías, y más de 60 detenidos.

Tres personas perdieron un ojo por los disparos de postas de goma a corta distancia y direccionados a la cara de los manifestantes.

Las personas que perdieron un ojo son Horacio Ramos, del Frente de Organizaciones en Lucha, Roberto Áĺvarez del Partido Obrero y Daniel Nievas de Astilleros Río Santiago.

De los más de 60 detenidos en la manifestación, siguen demorados todavía cuatro personas que no portaban documentos al momento de su captura, según confirmó la Correpi a Tiempo.