Son cuatro dirigentes que venían arrimándose y ante la aceleración de la crisis del gobierno nacional decidieron salir a jugar.  Dos son gobernadores peronistas enfrentados con Cristina Fernández, Juan Manuel Urtubey, de Salta, y Juan Schiaretti, de Córdoba. Otro es un senador habilidoso para armar y desarmar, como Miguel Ángel Pichetto, y el cuarto, un exintegrante del kirchenirsmo que luego jugó en contra, Sergio Massa. Los límites que pusieron son claros: ni Cristina ni Mauricio Macri. Esta semana ya adelantaron que buscarán aliados dentro del peronismo pero también por fuera, y el Partido Socialista es uno de los primeros espacios a los que tratarán de seducir.

Los une el espanto y no mucho más. «Somos un frente, no una agrupación», aclaró Urtubey en charla con periodistas. De hecho, mientras los legisladores salteños votarán la ley de Presupuesto 2019, el massismo no.

Pocas cosas se saben hasta el momento. Por lo pronto, abonarán unas PASO. También suponen que Cristina jugará como candidata presidencial y que lo hará por afuera de la interna peronista, un axioma que dan por sentado a pesar de que no hay pronunciamiento por parte de la expresidenta.

Coinciden en que el gobierno «hizo todo mal» y que era necesario aportar a la gobernabilidad en un principio. «Macri nos ganó y eso había que aceptarlo», razonó Urtubey. «El problema ahora es político más que económico. La confianza en un país se mide en su moneda, ahora la nuestra mide 40 veces menos que el patrón de referencia en el mundo. La presentación de nuestro frente tiene el objetivo de dar confianza, mostrar que esto no termina en Macri ni en Cristina. La Argentina está afuera de los mercados. Rompieron todos los manuales de la política. Un país sin financiamiento no es un país», sintetiza el mandatario salteño.

Su definición político-económica es clara: «El gradualismo es una opción y sigue siéndolo. Pero ellos no lo hicieron. Armaron un cóctel explosivo, redujeron la recaudación y aumentaron el gasto. La quita de subsidios a los servicios no sirvió para nada porque dolarizaron los insumos. Con las retenciones hicieron marcha y contramarcha».

En términos políticos, Urtubey y Massa pretenden buscar alianzas con partidos provinciales, como el Movimiento Nacional Neuquino, y el Partido Socialista, con el que el exdiputado se reunirá este lunes. También irán a tocarle el timbre a Florencio Randazzo y a todos los heridos del kirchnerismo. No  descartan, para más adelante, sumar dirigentes como Emilio Monzó, presidente de la Cámara de Diputados por Cambiemos, pero de origen peronista.

Mientras tanto, la construcción se afianzará en la convivencia parlamentaria. Diego Bossio y parte del Bloque Justicialista, en Diputados y, en el Senado, bajo la muñeca de Pichetto, tratarán de ir consolidando un espacio con tinte propio. Los gobernadores también son grandes aliados a sumar, pero las necesidades económicas de cada provincia marcan tiempos propios y estrategias diferenciadas. Y algunos peronistas, que tampoco se los puede tildar de kirchenristas, como Carlos Verna de La Pampa, no quieren saber nada con este armado. Por lo pronto, el 17 de Octubre los encontrará a cada uno en su provincia en actividades propias. Se espera que haya un acto común en noviembre. «