La potencia del movimiento de mujeres irrumpió este martes en Diputados al presentar por séptima vez el proyecto de ley de interrupción voluntaria de embarazo. Las diputadas y diputados firmantes, entre ellos Daniel Lipovetzky y Brenda Austin de Cambiemos, junto a Victoria Donda y Araceli Ferreyra del interbloque Peronismo para la Victoria – Libres del Sur, Mónica Macha del FpV, y Romina del Pla del Frente de Izquierda, destacaron la importancia de la sanción como una cuestión de salud pública. Ahora, el texto tendrá debate en cuatro comisiones. Los impulsores aspiran que el proyecto logre dictamen y pase al recinto, donde nunca se discutió. Afuera, la marea verde acompañó con cantos, discursos y pirotecnia. 

Si bien el proyecto se presentó por primera vez en 2005, y hasta llegó a lograr dictamen dos veces, jamás se llegó a discutir en el recinto de Diputados y perdió estado parlamentario una y otra vez. Pero esta vez fue diferente. La sala del anexo de la Cámara Baja estuvo colmada por la militancia feminista. Los históricos cantos de los Encuentros de Mujeres se repitieron frente a los diputados: “aborto legal en el hospital”, “anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”.

A partir del 20 de marzo, el proyecto comenzará a ser debatido y tendrá cuatro giros. Primero ingresará en la comisión de Legislación General, presidida por Lipovetzky, y luego irá a Salud, Mujer y Familia y legislación penal. Las tres primeras comisiones se constituirán este martes y ya comenzarán a funcionar. Según comentó Lipovetzky a Tiempo Argentino, con el pañuelo verde de la Campaña en su cuello, en todas las comisiones habrá dos formas de participación de la sociedad civil: los interesados en exponer se podrán anotar y además, por su parte, los diputados podrán llevar especialistas.

Las primeras en hablar hoy fueron las integrantes de la Campaña Nacional por el Aborto Legal. Luego le siguieron los diputados y diputadas.

Victoria Donda, una de las firmantes e históricas impulsoras, fue la primera legisladora en hablar. “En esta presentación hay olor a recinto”, dijo y se ganó el aplauso de la multitud. “Vamos a sacar la media sanción de diputados interrupción seguro y en hospital. La discusión se tiene que dar en el recinto, queremos votar a favor del aborto seguro o a favor del aborto clandestino. Las mujeres abortamos con o sin ley, y el Estado tiene que garantizar la salud pública y avalar las experiencias que vivimos en clínicas clandestinas en donde tiran la vida a la a basura”, sostuvo. “Esta ley tiene nombre, apellido y caras: María Campos”, dijo la diputada al relatar la historia de esta mujer santiagueña, madre de cinco hijos que murió la semana pasada en un hospital público luego de intentar abortar de manera clandestina.

Brenda Austin, diputada radical, también con pañuelo verde al cuello, reconoció que el debate es producto de “las luchadoras pelearon en la calle”. “La interrupción voluntaria del embarazo es una deuda de la democracia” y celebra la discusión en la sesión. “Hay una falsa dicotomía, no basta con decir que estamos a favor de la vida, todos acá estamos a favor de la vida”, sostuvo en relación a los argumentos de la Iglesia. “Este debate no tiene que ver con las creencias individual y visiones religiosas” sostuvo y pidió dar una discusión rápida en comisiones y dar “el debate en el recinto”. “Nuestro sistema penal atrapa a las mujeres pobres y los médicos violando secreto profesional las denuncian”, criticó.

Por su parte, Mónica Macha, del FpV, llamó a que la ley incluya la producción estatal del misoprostol, la droga que garantiza el aborto no quirúrgico. “Qué no quede en una cuestión económica el monopolio del misoprostol”, pidió y criticó la iniciativa del Gobierno nacional de llamar al debate. “No le pedimos a nadie el lugar del debate, somos nosotras las que lo impulsamos desde siempre. Cada vez más jóvenes van tomando conciencia de sus derechos”, sostuvo.

En tanto, Romina del Pla, del Frente de Izquierda y los Trabajadores, señaló que “hubo doce años de cajoneo” y llamó a evitar “el lobby de clerical para evitar la ley”.

A su turno, Lipovetzky destacó que Macri incorporara el tema en el discurso de apertura de sesión y celebró su convocatoria al debate, pero se ganó el chiflido de las militantes, que le dejaron bien en claro que no quieren debate sino la sanción. “Hoy estamos empezando a pagar esa deuda, lugar institucional tan importante”, sostuvo y también se pronunció por un “debate rápido” en las comisiones.

Carla Carrizo, de Evolución, relató que hace un par de años la prioridad era darle visibilidad al derecho pero “ahora que el debate es social y la estrategia para que llegue al recinto”. “Es necesario ponerse en el lugar del otro, para eso somos diputados, no es una decisión individual, no hace falta coincidir”, sostuvo. También dijo que no es una cuestión de urgencia por las alarmantes cifras de mortalidad materna que produce el aborto clandestino, sino que “hay que legislar para todas las mujeres”. “Ojo la estrategia de la moral privada. La representación política da una obligación. No queremos ningún atajo, queremos el debate”, sostuvo en relación a las versiones de consulta popular sobre el tema que habían circulado. “Eso es la negación del debate, es una encuesta trucha, genera distorsión, hoy nos dicen que debatamos y algunos quieren ir por la tangente”, criticó. Y también apeló a los legisladores que no tienen posición tomada. “A los que no saben qué decir que no vayan con estrategias para obstáculos”, pidió.

Por su parte, Araceli Ferreyra, de Peronismo para la Victoria, comenzó su alocución al sostener que se hizo un aborto. “A los llama pro vida les cuento que la legalización baja la cantidad de abortos porque impulsa la difusión de la anticoncepción”, sostuvo.